Y una vez introducido aquello que debía ser introducido, dejaremos a la poesía mostrar su única y genuina voz, una voz que no busca otra cosa que traernos un poco de luz entre las tinieblas, por lo que no queriendo prolongar más la espera os dejo con el decimonoveno poema de Logomaquia, el decimonoveno poema de LUZ ENTRE LAS TINIEBLAS:
XIX
ATRAPADO EN EL HADES DE LOS VIVOS.
Ni mas la
horrible prisión,
en lo mas
profundo del averno 1,
ni el
fulminante rayo de Zeus,
que segar
vidas puede,
al igual que se
siega el trigo,
ni la cólera
de Yavhé,
con sus siete
plagas,
ni en el
tambor de Shiva
que la
destrucción nos trae,
podrán
callar mis labios sedientos,
sedientos de
poesía,
poesía y
prosa.
Como una
lágrima que ya nunca caerá,
es cada
amarga línea,
un respiro
mayor y nuevo,
pero no una
carga menos,
porque la
amargura es algo que te desgarra
tripas y
alma,
y aunque
nadie los intestinos puede curarme aún,
algún día
quizás, Ojalá, I wish 2,
tutti abbiamo diritto a sognare 3
pero, ¿Y el
alma? ¿Quién podrá curarme el alma?
1 infierno.
2 Ojalá.
3 Todos
tenemos derecho a soñar.
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