jueves, 26 de noviembre de 2015

Seguimos evocando Logomaquia...

Había una vez un poemario cuyo nombre era  Logomaquia, un poemario que tenía dos mitades, una que era PUTAS LUCES DE NAVIDAD, valientemente escrito por Manolo Moro, y la otra que era LUZ ENTRE LAS TINIEBLAS, escrito por mi humilde pluma, escrito por Daniel Gorostiza Limón.
Mas mi introducción acaba aquí, que es donde empieza mi poesía en su eterna búsqueda por traer un poco de luz entre las tinieblas, por lo que os dejo con el duodécimo poema de  Logomaquia, el duodécimo poema de LUZ ENTRE LAS TINIEBLAS:




XII CONSERVADOR 1
Suaves mentiras ponzoñosas,
son esas palabras odiosas,
que de tus labios salen,
que tus neuronas inconscientes paren.

Más como hacer para la verdad decir,
cuando la mentira es tradición,
pues mas allá de la intención,
esa es tu forma de explicar, sentir y vivir.

Es un trabajo, sin duda, baldío
buscar la verdad en tu mentira,
es buscar el todo en un vacío.

Pesado, medido y falto,
mas difícil que encontrar agua en una pira,
es buscar la verdad donde la falsedad es asfalto.

1 A aquellos medios de comunicación que todavía defienden la existencia de dos líneas de investigación y al ex- ministro del interior que creó esa teoría.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

Evocando Logomaquia más aún...

Erase una vez un poemario llamado  Logomaquia, un poemario que no era uno sino dos, por un lado estaba  PUTAS LUCES DE NAVIDAD, brillantemente escrito por Manolo Moro, y por otro LUZ ENTRE LAS TINIEBLAS, escrito por mi, por Daniel Gorostiza Limón.
Mas llegada la hora es para que la poesía, mi poesía hable por si sola y encuentre su camino entre la lobreguez diaria, para traer un poco de luz entre las tinieblas, por lo que os dejo con el undécimo poema de  Logomaquia, el undécimo poema de LUZ ENTRE LAS TINIEBLAS:



XI COSAS QUE MERECEN LA PERDICIÓN
Por tus labios todas las llagas,
por tus caricias todos los males,
porque tan solo tu existencia,
tan solo tu existencia hacen que la vida merezca la pena.
Hay cosas por las que merece la pena condenarse,
cosas por las que ir al infierno es justo pago,
y el disfrutar la calidez de tu cuerpo es una de ellas,
el contemplar el hechizante brillo de tu sonrisa es otra.
Tan tentadora como prohibida eres,
que si fueras fruta serías manzana,
manzana que sin necesidad de serpiente degustaría.
Por ti a las profundidades del Hades me adentraría,
donde los mayores dolores padecería,
pues no es posible felicidad mayor,
que la de haberte conocido.

jueves, 19 de noviembre de 2015

Evocando Logomaquia...

Seguimos hablando de ese libro cuyo nombre es Logomaquia, un poemario con dos caras, una  PUTAS LUCES DE NAVIDAD, tenazmente escrita por Manolo Moro, y la otra que era LUZ ENTRE LAS TINIEBLAS, y que fue escrita por quien les habla, por Daniel Gorostiza Limón.
Pero como no hace falta ni que mencione a estas alturas, el momento es ya de que la poesía, mi poesía se abra paso en la lobreguez diaria, para traer algo de luz entre las tinieblas, por lo que os dejo con el décimo poema de  Logomaquia, el décimo poema de LUZ ENTRE LAS TINIEBLAS:







X IN MEMORIAN DE LOS QUE SE FUERON 1
Se ha ido de donde ya no volverá,
a la tierra de los justos,
diría Tomás en sus letras,
ojalá tuviera razón el de Aquino,
pero es mi sino el buscar la llaga
para meter el dedo, y no la encuentro,
no tengo la suerte de aquel otro Tomás el apóstol.
La ingenuidad en mi niñez perdida,
la fe, la esperanza desvanecidas con la brisa.
Te lloro pero sin lágrimas,
te añoré aun cuando estabas,
porque algo en ti ya se había ido,
parte de ti esta en mí,
parte de mi se fue contigo.
¡Elohim 2 maldito porque no existes!
Elohim, ¿Porqué me has abandonado?
No creo, pero querría creer,
querría creer, pero no me dejas,
te busco desde mis adentros, y me invade el vacío,
te busco alrededor, y me invade el horror.
Si tú existes esta pestilencia no tiene sentido,
no hay explicación para un mundo tan miserable,
pero si no estas… ¿A dónde han ido aquellos que me dejaron?
A la nada ¡No! Al recuerdo de aquellos que los amaban,
su vida es nuestra memoria,
luego no hay mayor muerte que el olvido.
En mi viven leyendas, rumores de los que no conocí,
recuerdos de los que conocí.
Pero, ¿Qué será de ellos cuando yo me haya ido?
Cuando los que me sucedan se hayan ido.
Fugaces y mortales, poderosos y frágiles,
ese es nuestro sino, esa nuestra insignificancia.
Está escrito: “solo inmortal es el recuerdo”.
Está escrito que mi recuerdo será tergiversado
por aquellos que me sigan,
pero entonces ¿Qué quedará de mí?
Si tan solo tendré mi recuerdo,
si tan solo seré mi recuerdo,
pero mi recuerdo no es el mío,
¿Qué seré yo?
¡Mas no te preocupes tú, que mi corazón habitas!
Porque al menos mientras subido a este escenario estés,
tú, ¡vivirás!
Lo demás pregúntaselo a los que te recuerden,
pues si nosotros decidimos quienes somos,
solo ellos deciden quienes en el pasado seremos.
1 Con cariño para mi abuelo.
2 La palabra Elohim significa dios en hebreo.

miércoles, 18 de noviembre de 2015

Otro memento más para Logomaquia...

Hace ya siete años se autopublicó un libro titulado Logomaquia, un libro de poesía en dos mitades, una  PUTAS LUCES DE NAVIDAD, ingeniosamente escrita por Manolo Moro, y la otra que era LUZ ENTRE LAS TINIEBLAS, y que fue escrita por mi, Daniel Gorostiza Limón.
Pero como siempre digo, es hora ya de que la poesía, mi poesía se abra paso en la tenebrosidad cotidiana, para traer algo de luz entre las tinieblas, por lo que os dejo con el noveno poema de  Logomaquia, el noveno poema de LUZ ENTRE LAS TINIEBLAS:




IX ÁBRETE PASO DELFÍN
En un mar de contratiempos,
de puñaladas e integrismos,
nada mas rápido que la negra sombra,
nada abriéndote paso por las ciénagas oscuras,
por los mares mas profundos y salados,
nada mi delfín, pues la esperanza eres.
Nada siempre aunque el océano sea Atlántico,
y el mar Mediterráneo, pero nunca Muerto,
pues con la muerte no hay quien pueda,
ni delfín, ni esperanza,
ni nada que se mueva o respire.
Nada mi delfín y salva a los náufragos,
llévalos a islas, desiertas o pobladas,
de nombre Utopía
y entre utópicos búscame un sitio,
pues ese es mi destino,
entre Moro y Platón, pero no por filósofo,
ni perito en el mundo de las ideas,
sino por idealista, soñador y a veces tolerante.
Nada mi delfín, nada,
no ceses tu nado, en este mar de dolores,
pues tan solo tú eres lo único bueno
que nos fue concedido, de entre todos los males,
que liberó de la caja Pandora,
y a veces nuestra única arma,
contra la vida, la vida y la muerte.
Nada delfín, no nos abandones,
llévanos al “Paraíso Perdido
del que ya Milton nos habló,
aquellos “Campos Elíseos” que tan solo existen
en el mundo de Homero,
y de otros grandes poetas como el fénix Lope,
o en los sueños oníricos del latino Virgilio.
Nada delfín, nada,
abriéndote paso por océanos Pacíficos,
que solo en su nombre lo son
más no en sus actos.
Nada delfín, nada,
que solo tu épico nado nos protege,
de nosotros mismos, nuestros miedos y sufrimientos.
Nada delfín, nada, que no cese tu nado,
ni aún cuando mi pluma, de sangrar tinta cese.

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Un memento más para Logomaquia...

Allá por el 2008 se publicó o mejor dicho se autopublicóLogomaquia, un libro con dos poemarios, uno  PUTAS LUCES DE NAVIDAD, diestramente escrito por Manolo Moro, y el otro que era LUZ ENTRE LAS TINIEBLAS, y que fue escrito por mi, Daniel Gorostiza Limón.
Pero no derrocharé más mi tinta ni mi saliva, pues ahora es tiempo de que mi poesía se abra paso en la oscuridad cotidiana, para traer un poco de luz entre las tinieblas, así pues os dejo con el octavo poema de  Logomaquia, el octavo poema de LUZ ENTRE LAS TINIEBLAS:





VIII Femenino singular.
¡Oh bellas musas, Diosas que las artes inspiráis!
Clío, Thalía, Érato, Euterpe, Polymnia,
Calíope, Terpsícore, Urania, Melpómene,
inspiradme lucidez y melodiosas palabras,
para que pueda cantar sus grandezas.

De entre todos los seres, que este mundo de magia y horror pueblan,
son las almas femeninas las más sublimes,
sirenas, hadas, banshees, ánimas que desgracia traen,
ninfas, brujas, y hechiceras que al cruel amor nos desbocan.

Pero de entre todas ellas hay una, una sola que a mí me ciega,
Ella. La perfección absoluta,
Ella. Con su cuerpo de chocolate fundido,
la de pelo y ojos como la oscuridad de mi alma, mi lado mas bello.

El lado del que los robaalmas de sotana,
veinte siglos ha, nos han querido despojar,
quitándonos todo lo que humanos nos hace, la pasión,
esa arrebatadora pasión que tú en mi haces renacer,
cada vez que contemplo tu cuerpo tostado por el sol.

Porque tú eres Ella. Con el más bello rostro jamás imaginado,
con una voz que anula el mas harmónico canto de sirenas,
y un cuerpo mas digno de la mas divina de las Afroditas,
más todo ello, no es más que un vano reflejo de tu mayor belleza,
la que oculta en la profundidad de tu anhelado ser, reside.

Esas son las razones que tengo para desearte, dulce chocolate,
las razones que te convierten en Ella, la que en su interior contiene,
un licor que ebrio me deja,
Ella. La que desde ahora ocupa mis días.

Y si es cierto, que no hay nada tan eterno y tan efímero,
como aquel sentimiento que algunos llaman, amor,
amor que tus efluvios en mí no dejan de despertar,
cierto es también, que si este deja de reinar,
tu recuerdo en mi piel y hasta en mis fríos huesos, perdurará.

martes, 10 de noviembre de 2015

Otro memento para Logomaquia...

No cejo en mi empeño de dar a conocer todo lo que me sea posible Logomaquia, ese libro con dos partes, una  PUTAS LUCES DE NAVIDAD, hábilmente escrita por Manolo Moro, y la otra que era LUZ ENTRE LAS TINIEBLAS, y que fue escrita por mi, Daniel Gorostiza Limón.
Pero no gastaré más tinta ni saliva, pues el instante correcto es para dejar hablar a mi poesía, que hará lo posible para traer algo de luz entre las tinieblas diarias, así pues os dejo con el séptimo poema de  Logomaquia, el séptimo poema de LUZ ENTRE LAS TINIEBLAS:



VII BELLUM (GUERRA.)
En la más profunda cloaca,
en la mazmorra de la desesperación,
en la siniestra hendidura,
de la más temible gruta,
allí vive el más siniestro Dios.

El mas terrible en sus acciones,
hijo predilecto de la muerte,
amante de la desesperación,
el que roba seguidores,
a sus hermanas vejez y enfermedad.

Caín corrompido, profundo traidor,
nuestro fin deseas con odio y rencor,
más no nos aplastas, nunca has podido,
siempre lo has deseado, mas aun, soñado
pero la mala hierva que pisas brota y rebrota.

Fuiste Agamenón en Troya y ardió,
pero Eneas de ti escapó,
y la grandiosamente eterna Roma fundó.

Tú último gran sacerdote, Hitler se llamó,
y en medio mundo buena la armó,
y el alma de la gran madre Gea vapuleó.

Por Europa en su carro cabalgó,
por dos caballos tirado, Deimos y Fobos,
haciendo honor a su maestro.

El odiado Dios Ares, señor de la guerra,
pero ni siquiera el sombrío Adolf, el último ha sido,
en conducir esos terribles y apocalípticos caballos,
del detestado Dios de la mayor injusticia,
que con el hombre convive.

Deimos y fobos, terror y miedo, terror y odio,
han cabalgado en Bosnia, Serbia, Croacia…
…una y otra vez durante este siglo,
asolando y matando a Yugoslavia.

Nos acompañas inmundo y apestoso Dios,
desde nuestro origen, y ya cuando nacimos,
nos acunaste, escupiste y marcaste.

Buscas la hecatombe, el apocalipsis de esta raza,
más no puedes ahogar en la inmundicia,
a quien de inmundicia está hecho,
y nadar en ella sabe.

Por eso con castigarnos, y matar a los que no son malos,
a los que siembran semillas, que nada que ver con el odio tienen
te contentas, como caramelo que entretiene tu hambre.

Pericles, Jesucristo, Gandhi, Mariana, Azaña, el Ché, Kennedy, Allende,
y otros mil nombres mas de mujer y hombre,
que no logro recordar, pero que igual que te aborrezco sé,
que no habrá mas de dos mil sacrificados por creer en una idea.

Dos mil personas a los que sus plantas quemaste,
o torciste, o su semilla arrancaste, y después te tragaste,
y a tus dos caballos cocear hasta la muerte mandaste,
y hasta de mi un poema arrancaste, donde tus pérfidas hazañas glosase.


martes, 3 de noviembre de 2015

Un memento para Logomaquia...

Seguimos con la tarea de dar a conocer en la medida de lo posible a mi Logomaquia, ese libro que tenía dos partes, una  PUTAS LUCES DE NAVIDAD, estaba ingeniosamente escrita por Manolo Moro, y la otra que era LUZ ENTRE LAS TINIEBLAS, estaba escrita por mi, Daniel Gorostiza Limón .
Y ahora que todo se ha dicho, el momento ha llegado para que yo calle, dejando hablar así, a mi poesía, que hara lo posible para traer algo de luz entre las tinieblas cotidianas, ahora ha llegado el instante en el que dejo paso a mi sexto poema de Logomaquia, mi sexto poema de LUZ ENTRE LAS TINIEBLAS:





VI ORIGEN DE MI ESENCIA.
A mi madre, porque sin ella,
ni yo, ni mi rima más preciosa y bella,
habríamos nunca existido,
por no haber siquiera nacido.

A veces los mas queridos seres,
los que mas nuestros daños sufren, son.
El Destino, o que se yo, será lo que tú ahí vieres,
mas la convivencia es siempre, la razón.

Las disculpas no siempre validas serán,
mas alguien con amor como para engendrar una vida,
no hallará logro imposible, ni cosa desmedida,
por ello, mis fallos en su memoria se perderán.

Me dio a luz una estrella,
nadie mayor privilegio ha tenido,
no existe persona como tú, eres.

A ti parecerme es mi ambición,
a los tuyos mis pasos, seguirán,
y no habrá madre más que tú, querida.

lunes, 2 de noviembre de 2015

Rememorando Logomaquia más aún...

Poco más queda que decir de mi Logomaquia, tan solo quizás que el título significa guerra o lucha de palabras, y que esta particular batalla sin vencedores ni vencidos tenía dos contendientes Manolo Moroque nos brindaba sus siempre interesantes PUTAS LUCES DE NAVIDAD y el otro que fui yo, Daniel Gorostiza Limón  con mi LUZ ENTRE LAS TINIEBLAS.
Dicho esto es hora ya de que que yo calle para que hable mi poesía trayendo en la medida de lo posible algo de luz entre las tinieblas diarias, dejando paso ahora a mi quinto poema de Logomaquia, mi quinto poema de LUZ ENTRE LAS TINIEBLAS:




V TU AUSENCIA 1
La vida y la muerte,
banales parecen,
sin ti no hay un yo,
porque mi yo eres tú.
No te has ido aun y ya me faltas
saliste de mis entrañas,
viniste al mundo,
eres mi mundo,
ya no lo sé,
ya nada soy,
desde que tu sin quererlo,
me dejaste,
me fuiste arrancado,
y con ello tu vida,
¿Qué dios subsanará el mal?
Ese mal que te fue hecho.
No existe recompensa o castigo,
que me devuelva el alma,
que me retorne mi ser.
Viajaré en el día gris,
viajaré en la noche oscura,
hasta reunirme junto a ti,
mi vida.

1 El dolor de una madre por la pérdida de su hijo.