XXIV El Dios de los días pasados

Dios de mi niñez.

¿Porqué me has abandonado?

Dios de mi niñez,

¿A dónde te has marchado?

Dios de mi niñez,

¿Qué sentido tiene este caos?

Dios de mi niñez,

¿Qué sentido tiene el caos?

Dios de mi niñez,

¿Estás ahí?

Dios de mi niñez,

¿Estuviste alguna vez ahí?

Dios de mi niñez,

a veces te extraño,

y eso me hace daño,

otras miro al cielo,

buscando consuelo,

mas atrás quedó mi niñez,

y tu te fuiste con ella. 

dejando mella,

mas ya no lloro tu ausencia,

ni busco tu presencia,

pues la tierra que piso,

es tan hermosa,

es fabulosamente caprichosa,

pues la tierra que piso,

tiene tantos misterios,

en sus dos hemisferios,

pues la tierra que piso,

es solo una pequeña mota,

que el universo ni nota,

Dios de mi niñez,

quizás algún día,

la suerte sonría,

y nos reencontremos,
y nos abracemos,

más eso ahora no me preocupa,

pues todo mi tiempo lo ocupa,

esta tierra que piso.

XXIII Reyes de la estupidez.

Mundo herido y dolorido,

que decimos querido,

por nuestros gigantescos egos,

de reyes de la creación,

o más bien príncipes de la destrucción,

que con nuestros juegos,

de poder y estupidez,

de ambición y memez,

hacemos más daño,

año tras año,

pero que más puedes esperar,

de aquel que no sabe respetar,

su propia diversidad,

su preciosa diversidad,

superiores nos hemos creído,

desde nuestros primeros fuegos,

llevándonos a la  aberración,

de pensar que nuestra supuesta agudez,

siempre nos va a salvar,

de cualquier adversidad,

                                                                                   más ya llegarán los llantos,

                                                                                   por los espantos,

                                                                                   que nuestros encantos,

                                                                                   han creado,

                                                                                   que nuestra ceguera nos ha dado,

                                                                                   pues al mundo hemos ignorado.

XXII La vida en un día

Llueve y truena afuera,

lo cual sin duda hará,

hasta que el día muera,

más nada importará,

si el mundo exterior,

finalmente se derrumba,

llevando a la existencia a la tumba,

pues en el interior,

de esta pequeña habitación,

se aviva la pasión,

de dos cuerpos que se unen

dos almas que se funden,

mi mundo hoy a ti se reduce,

pues hacia ti mi respiración se conduce,

puesto que el mañana aún va a tardar,

hasta entonces no lo voy a afrontar,

hasta entonces solo me perderé en ti,

para poder encontrarme a mi.

XXI Lo que queda detrás

Sueños y recuerdos,

esperanzas gastadas,

por el uso,

por el continuo roce,

con la realidad,

nuevas ilusiones nacidas,

y en insospechados lugares florecidas,

alguna que otra amistad,

su mirada a veces me trae el goce,

otras es algo confuso,

más son mis circunstancias pasadas,

de los  locos años en que eramos cuerdos.

XX canción diaria

Suena la campana,

llega la mañana,

el manto de Morfeo,

en mi ya no veo,

me aseo y visto,

para el trabajo estar listo,

esa es la rutina,

esa es mi rutina,

pero no desespero,

pues lograr mis objetivos espero,

así día a día voy viviendo,

así día a día voy construyendo,

un mejor futuro,

más allá de este muro,

donde el soñar

sea sinónimo de realizar.

XIX Triste tristeza

A veces la tristeza,

contiene su belleza,

otras mi entereza,

más siempre pesa,

cuando la bicha,

llamada desdicha,

a mi me besa,

más sombras y luces,

son los contraluces,

que nuestras vidas llenan,

y nuestros deseos frenan,

así a la tristeza no temo,

pues no soy un memo,

y esta lección medida,

la tengo bien aprendida,

con la noche fría,

viene el radiante día,

pues la vida es la mística,

de la existencia cíclica,

de mil y una experiencias,

en unas pocas vivencias.

XVIII Épica de una vida cotidiana pero no vana

Toda la noche y todo el día,
su vida transcurría,
con toda tranquilidad,
pues ella era todo amabilidad,
la mujer más hermosa del mundo,
podría ella sin duda ser,
es algo que se podía ver,
vivía disfrutando cada segundo,
la vida no había sido un placentero viaje,
pero ella había sabido hacer el encaje,
por lo que ahora que el último sueño,
más y mas se iba acercando,
su temor no se hacía el dueño,
sino que al igual que su vida, se iba debilitando.
Así que un día de este mundo se fue,
con la prudencia de no decir ni un que,
más su silencio nos dejó un sonido,
el de sus carcajadas nunca comedido
se fue pero no desapareció
pues en nuestra memoria permaneció,
se fue al  frío más oscuro,
dejándonos un sentimiento de amor puro.

XVII Poesía eres tú

Escribo esta poesía,

surgida de mi fantasía,

así empieza esta travesía,

donde las palabras sueñan,

y de mi alma se adueñan,

y su verdad me enseñan,

palabras que hacen el amor,

sin ningún tipo de pudor,

ni menos aún rubor,

unas con otras, otras con unas,

bajo las mágicas dunas,

de las líneas oportunas.

XVI Vida de un vivo

Caigo de nuevo,

no me espanto,

y me levanto,

me muevo,

y poco a poco avanzo,

un sueño alcanzo,

entonces descanso,

en un remanso,

pierdo, gano, empato,

a la esperanza me ato,

sigo mi camino,

por un sendero ignoto,

buscando mi destino

aún bastante remoto,

sin duda eso es vivir,

quien lo probó lo sabe,

eso es vivir,

quien lo probó lo sabe.