lunes, 29 de abril de 2019

LVIII Erase una vez la Tierra
















Mírala es una pequeña gota,
en el gran océano,
obsérvala es tan solo una mota,
en el único océano,
pero ahí se encuentra,
todo lo que amas,
toda tu vida en ella se concentra,
junto a la humanidad y sus proclamas.
Tan pequeña y tan grande,
así es tan solo ella,
hermosa como un abrazo materno,
sin nadie que la comande, 
más que nuestra amada estrella,
así es nuestro punto azul pálido y tierno.

jueves, 25 de abril de 2019

Joyas literarias V

A continuación incluyo un fragmento de Frankenstein o el moderno Prometeo de la escritora y filosofa que para mi es una de los cuatro grandes escritores del siglo XIX, Mary Shelley:

"Aquellas maravillosas narraciones me inspiraron extraños sentimientos.
¿De verdad era el hombre a un tiempo tan poderoso, tan virtuoso, tan magnánimo y, sin embargo, tan vicioso y ruin? En ocasiones se mostraba como un vástago del mal, y otras veces como poseedor de todo lo que puede concebirse de noble y divino. Ser un hombre grande y virtuoso parecía el honor más alto que pudiera recaer en un ser sensible; ser ruin y vicioso, como ha quedado escrito que fueron tantos hombres, parecía la degradación más ínfima, una condición más abyecta que la de los topos ciegos o los gusanos inmundos. Durante mucho tiempo no pude comprender cómo podía atreverse un hombre a matar a un semejante, ni siquiera por qué eran necesarias las leyes o los gobiernos; pero cuando conocí los detalles de las maldades y los crímenes, ya nada me maravilló, y desprecié todo aquello con asco y repugnancia.
Las conversaciones de los granjeros me descubrían ahora nuevas maravillas. Mientras escuchaba atentamente las lecciones con las que Felix enseñaba a la árabe, fui aprendiendo el extraño sistema de la sociedad humana.
Entonces supe del reparto de las riquezas, de las inmensas fortunas y de la extrema pobreza, de las familias, de los linajes y la nobleza de sangre.
Las palabras me inducían a pensar sobre mí mismo. Aprendí que las posesiones más apreciadas por vuestros semejantes eran un linaje elevado e inmaculado, unido a las riquezas. Un hombre podría ganarse el respeto solo con una de esas dos cosas; pero si no contaba al menos con una de ellas, excepto en casos muy raros, se le consideraba un vagabundo y un esclavo, destinado a emplear su vida en provecho de unos pocos escogidos. ¿Y qué era yo? De mi creación y de mi creador yo no sabía absolutamente nada; pero sabía que no tenía ni dinero, ni amigos, ni nada en propiedad. Además, se me había dado una figura espantosamente deforme y repulsiva; ni siquiera tenía la misma naturaleza que el hombre. Yo era más ágil, y podía subsistir con una dieta bastante más escasa; soportaba mejor los calores y los fríos extremados sin que mi cuerpo sufriera tantos daños; y mi estatura era muy superior a la suya. Cuando miraba a mi alrededor, no veía ni oía que hubiera nadie como yo. ¿Era entonces un monstruo, un error sobre la Tierra, un ser del que todos los hombres huían y a quien todos los hombres rechazaban?
[...]
¡Qué cosa más extraña es el conocimiento! Cuando se ha adquirido, se aferra a la mente como el liquen a la roca. A veces deseaba sacudirme todas las ideas y todos los sentimientos; pero aprendí que solo había un modo de superar la sensación de dolor, y era la muerte… un estado que temía, aunque no lo comprendía. Admiraba la virtud y los buenos sentimientos, y adoraba las amables costumbres y las encantadoras cualidades de mis granjeros; pero yo quedaba excluido de cualquier relación con ellos, excepto a través de medios que yo me procuraba a hurtadillas, cuando nadie me veía ni sabía de mi existencia, y que, más que satisfacer, aumentaban el deseo que tenía de ser uno más entre mis amigos. Las amables palabras de Agatha y las divertidas sonrisas de la encantadora árabe no eran para mí. Los buenos consejos del anciano y la animada conversación del enamorado Felix no eran para mí.
¡Miserable, infeliz desgraciado…!"

martes, 23 de abril de 2019

LVII Humanidad
















Esta Tierra todos habitamos,
No importa quienes seamos,
raza, sexo u otra distinción que tengamos,
ni que nos traigamos en manos,
todos por hacernos un sitio luchamos,
todos una mejor vida deseamos.

Decisiones día a día tomamos,
a veces con suerte acertamos,
otras por desgracia erramos,
unas veces cuenta nos damos,
otras tan solo lo ignoramos.

A nuestra Tierra madre no cuidamos,
pues sin medida nos multiplicamos,
de crecer nunca cesamos,
con sus recursos arrasamos,
así que si lo pensamos,
reducir nuestro número debamos,
a vivir con más sencillez nos comprometamos,
pues si no al desastre vamos,
queramos o no queramos.

jueves, 18 de abril de 2019

Joyas literarias IV

A continuación incluyo un fragmento de Diario de un poeta recien casado del poeta premio nobel de la literatura que para mi es uno de los tres grandes escritores del siglo XX, Juan Ramón Jiménez:

CREPÚSCULO
MUERE el día, sacándose a los ojos,
sangriento, el corazón...
—¡Silencio!
El suave y verde prado,
el río barnizado,
el negro árbol, mojado (del invierno,
aún, y ya con hojas);
el pájaro callado...
... Y, al irse, sus palabras más sinceras
habla. Sí; ¡cuánto más día es ahora
que va a morirse! No parece
que estemos en él, sino
que está delante de nosotros,
vivo como uno de nosotros
cuando se va a morir.
—¡Silencio!
Las mujeres, los poetas, en la orilla aun fría,
despiden al sol rojo, en muda orgía,
mas ellos, como el día,
más vivos, como el día.

martes, 16 de abril de 2019

LVI Morriña

Contempla la mar calma el marinero,
añorando su lejano hogar,
con el que no puede mas que soñar,
pues sin caer en el desespero,
sabe que aún no puede regresar,
pues su periodo está en el cero,
pues su labor habrá de hacer por entero,
así por ahora tan solo puede añorar,
respirar ese aire salado que odia y ama,
mirar unas estrellas que no son las suyas,
trabajar hasta la hora en que la cama te llama,
vivir sin demasiadas bullas,
hasta llegar al único puerto que él ama,
y contemplar unas estrellas que sí son las suyas.

jueves, 11 de abril de 2019

Joyas literarias III

A continuación incluyo un fragmento del libro segundo de La comunidad del anillo de la saga El señor de los anillos del que para mi es uno de los tres grandes escritores del siglo XX, J.R.R. Tolkien:


-(...)Qué lástima que Bilbo no haya matado a esa vil criatura cuando tuvo la oportunidad!
– ¿Lástima? Si, fue lástima lo que detuvo la mano de Bilbo. Lástima y misericordia: no matar sin necesidad. Y ha sido bien recompensado. Frodo, puedes estar seguro: la maldad lo rozó apenas y al fin pudo escapar por el modo en que tomó posesión del Anillo, con lástima.
– Lo lamento -dijo Frodo-; estoy asustado y no siento ninguna lástima por Gollum.
– No lo has visto -interrumpió Gandalf.
– No, y no quiero verlo – replicó Frodo-. No puedo entenderte. ¿Quieres decir que tu y los Elfos habéis dejado que siguiera viviendo después de todas esas horribles hazañas? Ahora, de cualquier modo, es tan malo como un orco, y además un enemigo. Merece la muerte.
– La merece, sin duda. Muchos de los que viven merecen morir y algunos de los que mueren merecen la vida. ¿Puedes devolver la vida? Entonces no te apresures a dispensar la muerte, pues ni el más sabio conoce el fin de todos los caminos. (…)”

lunes, 8 de abril de 2019

LV Mi soledad y yo












La soledad me abraza,
pero no me lamento,
mal no me siento,
mi corazón no desguaza,
pues es una soledad escogida,
un modo u opción de vida,
no es pecado ser diferente,
no es malo no ser como la gente,
diferentes somos porque somos iguales,
iguales somos porque somos diferentes,
y estas no son palabras vanales,
es lo que hace persona a las gentes.

jueves, 4 de abril de 2019

Joyas literarias II

A continuación incluyo un poema del que para mi es uno de los tres grandes escritores del siglo XX, el granadino Federico García Lorca:





En la bandera de la Libertad
bordé el amor más grande de mi vida.

¡Yo soy la Libertad, herida por los hombres!
¡Amor, amor, amor, y eternas soledades!

Amas la Libertad por encima de todo,
pero yo soy la misma Libertad. Doy mi sangre,
que es tu sangre y la sangre de todas las criaturas.
¡No se podrá comprar el corazón de nadie!

Ahora sé lo que dicen el ruiseñor y el árbol.
El hombre es un cautivo y no puede librarse.
¡Libertad de lo alto! Libertad verdadera,
enciende para mí tus estrellas distantes.

lunes, 1 de abril de 2019

LIV Flores de mi jardín












Volando por mundos distantes,
más allá de la imaginación,
recorriéndolos con dedicación,
es donde me encuentro en estos instantes,
esa es mi pasión,
escribir sobre tierras a veces horripilantes,
otras algo mas reconfortantes,
esa es mi vocación,
volar hasta regiones tan lejanas,
que solo en mi cabeza habitan,
tras ilusiones a veces vanas,
sueños que a la vida imitan,
hermosas locuras, hermosas y humanas,
egoístas corazones que cuando no los miro me gritan.