miércoles, 27 de enero de 2016

Logomaquía, un sueño hecho realidad...

Todo llega a su fin, de esta manera LOGOMAQUIA, también se acaba hoy, aunque no necesariamente, puesto que la obra a la que mi buen amigo y escritor Manolo Moro aportó su PUTAS LUCES DE NAVIDAD, obra a la que yo, Daniel Gorostiza Limón, contribuí con mi LUZ ENTRE LAS TINIEBLAS, se encuentra ahora ante ti, lector. en toda su plenitud, de manera que puedes leerla y releerla cuantas veces quieras con tan solo visitar mi blog Enelfondodelacajadepandora, cuyo enlace aquí mismo te adjunto: 
Y sí, como ya habrás imaginado el momento de que el trigésimo poema de Logomaquia, el trigésimo poema de LUZ ENTRE LAS TINIEBLAS se muestre ante ti ha llegado ya:




XXX MI DEMONIO INTERIOR.
Derrota es mi nombre,
dolor mi apellido,
mis ojos son tu ira encendida,
tu tristeza mi alegría,
tus sueños mi pesadilla.
Si vives yo muero,
si mueres yo no vivo,
difícil dilema el como hacerte sufrir,
sin hacerte un poco morir,
como hígado de Prometeo,
que comido por el buitre cada día,
por la noche renacía.
Te odio porque junto a ti soy un todo,
y sin ti no soy nada.
A veces me alimentas,
queriendo o sin quererlo,
a veces comprenderme quieres,
a mí o a mi origen.
Yo siempre agraviarte intento,
tú eres mi origen,
y yo procuro tu fin.
Te desprecio porque eres mi vida,
y yo no puedo ser tu muerte.
Tus temores, mis ilusiones,
tus ilusiones, mis temores,
¡Ojalá nunca hubieras existido!
Porque así nunca habría yo nacido.
Con toda mi alma hasta más no poder
te aborrezco,
pues más aun me odio a mí,
ya que soy tú y tú eres yo,
soy la sombra de la que tú eres figura.
Busco tu ruina sabiendo que es la mía,
pero no esperarás luces,
en alguien por rencor cegado.
Con celeridad te abandono,
pues jamás me perdonaría,
el haberte dado algo,
aun tan solo un poema.
Pues si allí donde toda la belleza se marchita,
la rosa florece, la esperanza cabe,
y si un futuro hay aun para ti,
no lo habrá en cambio para mí.
Me desvanezco bajo el desconsuelo,
de destructora desesperanza,
deseándote la mayor entereza,
para así mayor tiempo poder perjudicarte,
de ti me despido cual Judas,
con dulce y amoroso,
beso de traición,
traición y muerte.


lunes, 25 de enero de 2016

Logomaquía, una poesía para soñar...


Dos poemas quedan para acabar LOGOMAQUIA, la obra conjunta de dos voces que compartían un mismo juego, así por lado podíamos oír alta y clara la potente voz poética de Manolo Moro resonando por toda su PUTAS LUCES DE NAVIDAD, y por el otro la mía, la de Daniel Gorostiza Limón, que logró desnudar parte de mi alma en mi LUZ ENTRE LAS TINIEBLAS.
Y cuando ya casi divisamos el final de este camino, al mirar hacia mi izquierda observo que estoy siendo adelantado por mi poesía que con paso firme se acerca hacía ti, lector, lo que no quiere decir otra cosa que te encuentras frente al vigésimo noveno poema de Logomaquia, el vigésimo noveno poema de LUZ ENTRE LAS TINIEBLAS:




XXIX CONTRADICCIÓN, LA ESENCIA DE LA HUMANIDAD.
Trapos sin valor ensalzados,
dar la vida a un desengaño, a una abstracción,
cosas que no se ven,
pero se creen o sienten,
humana es la rareza.
Múltiples voces, sonidos, idiomas,
para una sola raza,
barreras, fronteras, trabas,
idiosincrasias, egos, culturas autóctonas,
identidades propias, personales o nacionales.
Pero ¿Donde está eso cuando se mira desde fuera,
en el exterior del vientre materno,
lejos de nuestra bienamada Gea 1?
Nada de esto se ve, ni cuando en sus cercanías orbitamos,
ese es nuestro sino, egos enormes,
tanto que no caben ni en cuerpos ni en naciones.
Únicos nos creemos y únicos somos,
pues otro animal no hay de los que la Tierra habitan,
que es capaz de crearse un mundo,
que solo en su cabeza existe,
pero tampoco un animal encontramos,
que el hábitat necesita adaptar a si,
en lugar de a si mismo al ecosistema.
Demasiado cerebro para tan poco provecho,
o quizás demasiada ambición para tanto miedo.

1 La diosa de la tierra para los antiguos griegos, o mejor dicho la personificación de nuestro amado planeta como una divinidad lógicamente femenina.

miércoles, 20 de enero de 2016

Logomaquía, una brisa poética...


Tres poemas quedan para el final de LOGOMAQUIA, una obra de dos soñadores, de dos escritores, poetas y amigos, que como ya sabéis son Manolo Moro que demostró todo su buen hacer en el arte poético con su PUTAS LUCES DE NAVIDAD, y yo, Daniel Gorostiza Limón, que aporté a la interesante mezcla mi querida LUZ ENTRE LAS TINIEBLAS, siendo de esta manera este libro una complejamente sencilla aleación de dos miradas hacia el mundo que nos rodea.
Tras esto, no me queda otra cosa que decir que sigáis atentos pues mi poesía os está llamando para conduciros a su reino y a la vez traer al nuestro una pizca de  luz entre las tinieblas que junto a nosotros se encuentran en este nuestro mundo tan azul y a la vez tan gris, dicho esto os encontráis ya en las cercanías del vigésimo octavo poema de Logomaquia, el vigésimo octavo poema de LUZ ENTRE LAS TINIEBLAS:




XXVIII CUANDO SEAS MAYOR.
Los pesares vienen tal como se van,
idos con el viento, o Gone with the wind 1,
pasan los días, muere la niñez, y la adolescencia después,
la madurez nos llega, y al igual que el melocotón contra el suelo,
el humano cae de su propia rama a la dura realidad,
la edad te provee de más conocimiento, pero no te hace más sabio.
Cuando seas mayor lo entenderás y mil frases parecidas,
nuestras canciones de cuna fueron y han sido,
pero al crecer perdieron la melodía,
en alguno de los cajones de ese mueble al que llamamos olvido.
Y el niño que nuestro interior habita la verdad nos revela,
la verdad era mentira, y los sueños poco mas que ilusiones son,
besos al vacío, bocados de realidad, ¡Qué mas da!
Una misma canción, diferente letra pero la misma partitura.
Cuando seas mayor lo entenderás,
comprenderás que cuando un niño de los que el exterior habita, te pregunte
algo que respuesta no tenga o encuentres,
cuando seas mayor lo entenderás tendrás que decir.
Las ideas cambian, los sueños se esfuman,
pero en esencia los mismos somos, más falsos quizás,
educados, reprimidos, menos intensos pero más vehementes,
pues al igual que la fruta al suelo caída no hacemos mas que pudrirnos.
Pues de todo es capaz la humana alma,
de la genialidad y del terror,
pues no hay demonio capaz de mayor horror,
que aquel humano que al crecer se desalma.

1 Titulo original de la película que aquí se llamó Lo que el viento se llevó, aunque en mi opinión una traducción mas correcta hubiera sido idos con el viento.

lunes, 18 de enero de 2016

Logomaquia, poéticamente sencilla...

Cuatro poemas tan solo me separan de concluir este acto de compartir con el prójimo algo tan íntimo como es y fue para mi LOGOMAQUIA, una obra nacida del ingenio de dos escritores, de dos poetas, encontrándose así en una orilla del poemario Manolo Moro que encandiló a todo aquel que tuvo la fortuna de leerlo con su PUTAS LUCES DE NAVIDAD, y en la otra orilla me encontraba yo, Daniel Gorostiza Limón, aportando con humildad mi LUZ ENTRE LAS TINIEBLAS, siendo así nuestro libro fruto de la suma de dos autores y sus dos obras.
Tras estas palabras, cedo gustosamente mi turno a mi poesía, porque sé que ella sabrá conducirse allí a donde yo no llego, al corazón humano, para poder extraer de ahí la chispa que nos brinde un bocado de  luz entre las tinieblas, de esta forma os dejo adentraros en el vigésimo séptimo poema de Logomaquia, el vigésimo séptimo poema de LUZ ENTRE LAS TINIEBLAS:




XXVII QUESTO È IL AMORE 1
¡Cuantas bocas te ensalzaron!
¡Cuantas expresaron tus males!
¡Cuantas tus grandezas y peligros!
Otros tantos te tuvieron,
algunos ni lo supieron,
aquellos ni te sintieron,
aunque bien lo creyeron.
¡Cuantas veces te esfumaste!
¡Cuantas te soñaste!
¡Y otras te imaginaste!
Tú destrozas corazones,
con grandes emociones,
tú das hermosas sensaciones,
para ti no hay razas,
ni meras trazas,
de sexos desconoces,
solo de pasiones, dolores y goces.
Tú eres la luna,
que ilumina mis noches,
unas creciente eres,
otras menguante o llena,
otras te ocultas a mi vista plena,
y solo las estrellas que brillan,
en mi oscuridad me maravillan,
a il mio cuore 2 hablan y animan,
y le dicen no desesperes.
Miles de relaciones se entablan,
y todas a ti te buscan,
para que des algo de luz a sus noches,
y también a sus días oscuros.
No nos dejes a tu deriva,
y como el delfín de mis poemas,
que esperanza trae,
pues en esa isla perdida en la ilusión,
es donde a los náufragos deja,
llévanos tú también a buen puerto,
un puerto de nombre reciprocidad,
en el país de los sueños terrenos,
junto a villapasiones,
en el pueblo de los momentos para no olvidar.
Allí y solo allí, este sentimiento,
esta sensación que habita cuerpo y alma, vivirá,
y por un tiempo finito-infinito perdurará.

1 Esto es el amor (en italiano)
2 mi corazón (en italiano)

miércoles, 13 de enero de 2016

Logomaquía, sencillamente poética...

Cinco son ya los poemas que me quedan por mostrar de mi querida LOGOMAQUIA, un poemario que surgió de dos plumas, y así por un lado estuvo Manolo Moro que mostro al mundo su maestría en el arte de las letras con su PUTAS LUCES DE NAVIDAD, y por el otro yo, Daniel Gorostiza Limón, con ese conjunto de poemas al que llamé LUZ ENTRE LAS TINIEBLAS, siendo así nuestro libro fruto de la suma de dos autores y sus dos obras.
Y como ya es sabido y más que sabido, este es el momento en el que la única voz que suena y resuena por estos lugares es la de mi verso, mi poesía, que en su camino intenta brindarnos una pizca de  luz entre las tinieblas que nos acompañan en el día a día en este mundo a veces demasiado gris, así que la hora ha llegado de que se muestre ante ti, lector, el vigésimo sexto poema de Logomaquia, el vigésimo sexto poema de LUZ ENTRE LAS TINIEBLAS:




XXVI VITA MEA 1 V: EL MONTE DEL DESTINO.
Los amores mueren al igual que nacen,
la vida te golpea con nuevas realidades,
los recuerdos, dulce refugio de sabor amargo,
son huellas que dejaste en tu camino hasta la muerte,
un sendero que cuesta arriba se hace ahora,
brusco acantilado en la vejez.
Mas eso ahora lejos está, aun no ha llegado…
no ha llegado mi hora de encontrar el Monte del Destino,
para arrojar mi preciado tesssoro,
mi valioso anillo de poder, que domina a los demás.
No aun, pues aunque se que algún día,
a las oscuras tierras de Mordor me llevará mi camino,
me es grata aun la pesada carga que sobre mis hombros recae.
Los días se hacen cortos para un pobre mortal,
mas cuan gran pesadilla, de hojas que no acaban de desfoliar,
aquel árbol de pasado remoto,
sería creo yo, la siempre ansiada inmortalidad.

1 mi vida (en latín)

lunes, 11 de enero de 2016

Logomaquía, poéticamente sincera...

Comienza la cuenta atrás, pues pocos son ya los poemas que me quedan por compartir de aquel génesis que fue para mi LOGOMAQUIA, un poemario del que fueron coautores tanto Manolo Moro que toda su magia aportó en su genuína visión de la poesía a la que llamó PUTAS LUCES DE NAVIDAD, como yo, Daniel Gorostiza Limón, que me dejé el alma para que mi LUZ ENTRE LAS TINIEBLAS estuviera a la altura del desafío que se hallaba ante mi, ante nosotros.
Pero mis palabras sobran, pues ese espacio va a ser en este instante ocupado por otras más sabias y sensatas, palabras que harán todo lo que esté en su mano para tratar de brindarnos una pizca de  luz entre las tinieblas que nos envuelven, así que como ya te habrás percatado te encuentras a las puertas del vigésimo quinto poema de Logomaquia, el vigésimo quinto poema de LUZ ENTRE LAS TINIEBLAS:




XXV ¿EL OCASO DE UN SUEÑO?
¿Qué ha quedado del ardor temerario?
¿Qué ha quedado de las ideas,
revoluciones, evoluciones y utopías?
¿Qué ha quedado del sueño de un mundo sin esclavos,
de todos iguales considerados?
¿Qué ha quedado… ¡Qué ha quedado!
Nada, la lucha se ha diluido,
disuelta en un mar de adormecedora autocomplacencia,
en un océano de objetos de consumo,
juguetes que nos entretienen,
caramelos que nos distraen el hambre,
pero nunca la quitan,
que nos apartan de un mundo que no queremos ver,
que no queremos conocer, saber que existe.
Hemos vendido el alma al mercado,
hemos vendido el alma al capital,
y no hemos guardado el recibo.

miércoles, 6 de enero de 2016

Logomaquía, sinceramente poética...

Ya queda poco que compartir de ese libro que de alguna forma lo empezó todo, ya queda poco que compartir de LOGOMAQUIA, una obra en la que por un lado Manolo Moro que aportó toda su frescura en su personal visión de la poesía a la que llamó PUTAS LUCES DE NAVIDAD, y por el otro lado yo, Daniel Gorostiza Limón, que me dejé el corazón para que mi LUZ ENTRE LAS TINIEBLAS estuviera a la altura de aquel reto, mostramos una íntima parte de nuestro interior.
En cualquier caso, si escuchas con atención podrás percibir el sonido de mi poesía que se encuentra cada vez más cerca, de tal modo que cuando menos te lo esperes al igual que hallarás una pizca de  luz entre las tinieblas que nos rodean, también te darás cuenta de que te encuentras frente al vigésimo cuarto poema de Logomaquia, el vigésimo cuarto poema de LUZ ENTRE LAS TINIEBLAS:




XXIV ANDALUCÍA.
Tierra de sabores,
de olores y colores,
de rasgadas melodías,
de tremendas tragedias
a ritmo de bulería,
de grandes explosiones
de alegría,
en los momentos mas duros.
Tierra de contrastes,
de poesía y tradiciones,
de ignorancia y añoranza
ante su pasado
de deslumbrantes acontecimientos,
épocas y movimientos,
de admiración hacia lo ajeno.
Tierra de navegantes
y de hombres de secano.
Tierra abierta al mar,
desde su encierro en si misma,
moderna pero recubierta de folclore,
lugar donde los sueños nacen,
y los míos terminan.