Así que tras decir todo aquello que debía ser dicho, dejo ahora hablar a mi poesía porque sé que su brillo nos traerá algo de luz entre las tinieblas, a la vez que nos transportará a un mundo donde la reflexión, la belleza, la realidad y la fantasía son posibles al unísono. Pero guardaré silencio pues el turno ha llegado de mi vigésimo primer poema de Logomaquia, el vigésimo primer poema de LUZ ENTRE LAS TINIEBLAS:
XXI Mens
mea, maxima incognita mea 1
Palabras sin
sentido consentido,
trabalenguas
de lo dicho con claridad,
lógica de la
ilógica,
comprensión
de lo incomprensible,
así es lo
que ha sido y será,
así ella
funciona,
¡¿Cómo
pretendemos entender?!
¿Por qué
nuestra soberbia es tan grande?
Si a nosotros
mismos no nos comprendemos,
¿Porque
esperamos hacerlo con aquello que nos rodea?
Quizás
porque a veces es más fácil,
entender al
prójimo,
que a
nosotros mismos,
nos sea más
sencillo buscar una explicación,
al universo y
sus misterios,
que a
nuestros propios actos,
sus causas o
consecuencias.
1 Mi mente, mi máxima desconocida (en latín.)
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