jueves, 3 de diciembre de 2015

Logomaquia, en el recuerdo...

Hace no demasiados años vio la luz un poemario cuyo nombre era  LOGOMAQUIA, un poemario que más bien eran dos, uno que era PUTAS LUCES DE NAVIDAD, sagazmente escrito por Manolo Moro, y el otro que era LUZ ENTRE LAS TINIEBLAS, escrito por aquel que ahora les caligrafía, escrito por Daniel Gorostiza Limón.
Mas la poesía comienza a hablar para que yo calle, así ella seguirá peleando para traer un poco de luz entre las tinieblas, por lo que os dejo con el decimocuarto poema de  Logomaquia, el decimocuarto poema de LUZ ENTRE LAS TINIEBLAS:




XIV EL COLOR DEL ODIO.
Blanco, si pudiera elegir el color del infierno ese sería, blanco.
¿Acaso no es el color de la cocaína?
Y la oscura muerte que se esconde tras la negra capucha,
nada mas que un blanco esqueleto es,
como blanca es la nieve, ese infierno blanco y helado
que de muchos montañistas el alma se ha llevado.
¿Alguien podría decirme de que color son las nubes en época de sequía?
Blancas, siempre han sido y serán blancas.
¿Quiénes fueron los primeros en odiar?
Los “intrépidos blancos siempre los primeros en esclavizar,
en maltratar, despreciar, humillar, y matar,
a los diferentes, a los que no son de ese odioso color,
ese rosado al que ellos llaman blanco.
Los primeros en apartar a los que no tenían el color de ojos indicado,
o no se postraban ante la cruz del que ya en los inicios, traicionaron.
¿O acaso no fue Judas uno de los doce primeros cristianos?
¿Acaso era Judío? No ya no, como no lo eran los otros once.
Los primeros en enjuiciar y castigar pero los últimos en perdonar.
Una vez leí a un tal Niestche que hablaba del hombre superior,
el superhombre, un hombre que está por encima del perdón,
porque también está por encima del odio y de la culpa,
no conozco ningún hombre o mujer capaz de ello,
no conozco de ningún candidato a superhombre,
solo sé el color del hombre que nunca podrá serlo,
solo se el color del hombre que no reúne ninguno de los requisitos,
blanco, como se queda nuestra mente cuando nos bloqueamos, en blanco.
Entonces porque nos empeñamos en decir que el blanco es el color de…
la pureza, de la paz, de los inocentes, de los que están limpios de culpa,
acaso deseamos decir algo, decir que el blanco es el color de…
los elegidos para gobernar la creación.
¿Porqué nos empeñamos en ser la mas perfecta esencia?
El mas sublime perfume, cuando no hay inmundicia que huela peor,
que la excrescencia de color blanco,
cuando no hay nada que apeste mas
que el blanquecino cadáver de un cuerpo putrefacto.

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