Y tras estas palabras, otras más dulces y sonoras se abren paso, las de mi poesía que nos traen algo de luz entre las tinieblas, que nos separan por un instante de lo cotidiano para llevarnos al más allá de lo que somos y nos muestran con sencillez lo que podemos ser. por lo que no queriendo prolongar más la agonía os dejo con el vigésimo poema de Logomaquia, el vigésimo poema de LUZ ENTRE LAS TINIEBLAS:
XX LOS INGREDIENTES DE UNA VIDA.
Amores,
libros, besos, imágenes y sonidos,
bellos y
horrendos, largos y cortos,
amistades,
músicas, peleas, olores y sabores,
amargos y
dulces, serenos y pasionales,
enemistades,
películas, teatros, charlas, discusiones y sensaciones,
esperadas y
extrañas, concluidas e interminables.
Así son los
momentos que vivir te hacen,
y sentirte
vivo, animado, útil,
inanimado,
inútil también pero no muerto.
Todo eso que
concluye con tu respiración,
pues cuando
el hombre no respira, expira,
y cuando
espira no hay diosa ni dios que valgan,
ni cielo,
infierno o purgatorio que te abran sus puertas.
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