lunes, 31 de agosto de 2015

Erase una vez una presentación en la casa de un Nobel...


El ya para mi lejano 11 de junio, fue un día especial para mi persona, ya que fue la ultima presentación de mi novela Tres Mujeres en un mundo cambiante, Volumen I.

Un día especial por encontrarme presentando mi libro en la casa-museo de un premio nobel, Juan Ramón Jiménez y su también ilustre esposa, Zenobia Camprubí.
Un día especial porque hacía la última presentación de mi primera novela y lo hacía en el mismo sitio donde hice la primera presentación de un libro que he hecho en mi vida, de Nigronírica, mi segundo libro a la vez que mi primero en solitario.
Para recordar ese día aun cercano que huele a recién pintado pero a la vez tan lejano como para que mi corazón pueda rememorarlo sin miedo a ser repetitivo, os dejo este enlace de la página oficial del Ayuntamiento de la sin duda hermosa a la par que acogedora localidad de Moguer donde se habla del acto donde tanto yo como el profesor, investigador y escritor onubense Juan Antonio Morales presentamos nuestros hijos al mundo, en un sin duda "bautizo de postín"
( Si quieres saber más pincha aquí )

viernes, 28 de agosto de 2015

Tweeteando que es gerundio XI...

Estos son los últimos tweets de mi cuenta de twitter*( https://twitter.com/Danielgl777 ), los últimos cuatro aforismos ahora reunidos todos en mi blog, espero que os hagan reflexionar aunque solo sea para concluir cuan equivocado estoy:
-LXXVIII La ignorancia involuntaria es tan solo un defecto que se puede subsanar, pero la ignorancia voluntaria es un pecado de difícil perdón.
-LXXX A veces cuando más tenemos que decir más callamos, y más hablamos cuando más deberíamos callar.

-LXXXI Páginas vacías, vírgenes, de un libro por escribir son los días de nuestras vidas.

-LXXXII Cuando creas que no puedes estar peor, recuerda que no es cierto siempre puedes estar peor y aun peor.

*el orden de lectura de los mismos es el orden cronológico por el que los he ido publicando en mi twitter.

martes, 25 de agosto de 2015

Espiral, de Daniel San Andrés Caceres

Es bonito saber que lo que haces sirve para algo, es bueno saber que en cierta forma has inspirado con tu ejemplo a alguien a descubrir un talento que se hallaba oculto  en su interior, por eso estoy deseando tener en mis manos un ejemplar de Espiral el libro de mi amigo y ahora compañero escritor Daniel San Andrés, y espero que vosotros también os hagáis con él para que podáis disfrutar de su opera prima que no me cabe duda que merecerá la pena el tiempo y el dinero que halláis invertido en ella.
(Isaac Albano, Daniel San Andrés y yo,
tres choqueros en el Tower Bridge de Londres)
Aquí os dejo el enlace de amazón.es para que os hagáis con Espiral lo antes posible. (Pincha aquí y disfruta)
Y también el enlace de su página de facebook para que le hecheis una mirada (Pincha aquí y disfruta)
Y a mi amigo Saint Andrew (San Andrés), solo tengo que decirle, ¡Ánimo y mucha suerte en esta empresa! Aunque estoy seguro de que te irá bien porque sin duda que tienes el talento y la frescura necesaria para triunfar en este o en cualquier mundo.

viernes, 21 de agosto de 2015

Tweeteando que es gerundio X...

Estos son los últimos tweets de mi cuenta de twitter*( https://twitter.com/Danielgl777 ), los últimos cuatro aforismos ahora reunidos todos en mi blog, espero que os hagan reflexionar aunque solo sea para concluir cuan equivocado estoy:
-LXXIV El bien y el mal a veces tan solo están en los ojos de quien mira.
-LXXV ¿Porqué vanamente me empeño en trascender cuando mi falta en nada afectará al universo?
-LXXVI La extraña y peculiar cualidad de los mitos es que estos son creados por el humano y si embargo pueden llegar a transformarlo.
-LXXVII El miedo, el odio y la ignorancia, siniestros trillizos que tanto mal han hecho.


*el orden de lectura de los mismos es el orden cronológico por el que los he ido publicando en mi twitter.

lunes, 17 de agosto de 2015

Tres Mujeres en un mundo cambiante, Volumen I: Libro II: I parte:

Capítulo V: Likaión, el Dios de los lupinos.

Después de una cena agradable en la cual hablaron con toda tranquilidad, de cuanto les había sucedido en aquellos años que habían estado separados. Siendo tan solo ahogado este buen ambiente, en algunos momentos concretos, por el resentimiento del abuelo de Spring, que a veces, no fue capaz de reprimirse. Pero afortunadamente la prudencia de Casandra, su mujer, era un freno bastante efectivo para el mencionado resentimiento. Después de la cena y la posterior sobremesa, todos durmieron placidamente, pero no tendrían la misma suerte al llegar la siguiente noche. Todo comenzó antes de la cena, cuando el señor Sigfrid se hallaba repitiendo aquel casí místico ritual que era para él, la limpieza y posterior uso de su pipa, a continuación miró a los ojos, de color azul-verdoso tan profundos como el más bello océano, de su nieta y empezó a narrar la historia de los androzoos1. Esos seres de leyenda, hombres de día y fauna de noche, esos hombres animales o animales humanos, que se extinguieron gracias a un Dios cruel con un maquiavélico y a la vez simple plan. Simple como su labor, marcar el curso de aquel imparable acontecimiento llamado tiempo.
-Antes de seguir por donde lo dejamos; comentó el señor Sigfrid después de soltar una bocanada de humo por la boca; he de explicarte una cosa. Esos misteriosos seres que quizás nunca existieron, se dividían en cuatro grupos que eran fácilmente reconocibles, incluso de día cuando adoptaban su forma humana. Los seres del aire, que mantenían sus ojos marrones, ya fuera de día o de noche.
Los pobladores del mundo acuático que eran de ojos negros. Los seres terrestres que se alimentaban de lo que la naturaleza les daba, ya fueran frutos o simple pasto, que llevaban esa condición incluso en el verde de sus ojos. Y los depredadores de estos, que eran conocidos por el azul de su mirada. Pues fue al rey de estos últimos, al rey de los licántropos a quien Cronos, padre cruel y vengativo que en otra época se había alimentado de sus divinos hijos posteriormente rescatados por Zeus, a quien se apareció. Sabiendo Cronos que no sería complicada la tarea de convencer a un rey cuyos apodos eran el ambicioso y el arrogante.
Aprovechó el astuto Dios un día en el que los Dioses celebraban un gran banquete en sus olímpicas moradas, llamadas así por hallarse en el legendario monte sagrado del mismo nombre. Conmemoraban el día del nacimiento de la Diosa Atenea, la Diosa que nació de la cabeza del propio Zeús. Así que aprovechó Cronos ese día, en el cual los inmortales Dioses ignoraban lo que en el mundo de los mortales pasaba, para aparecérsele a aquel codicioso rey. Al que prometió convertir en un Dios, en un ser inmortal bañándole en un lago cuya localización solo los Dioses conocían y que hacía inmortales a quienes en él totalmente se sumergían. Todo ello a cambio de que se encargara de eliminar a las otras razas de los androzoos, ya que si así lo hacía sus súbditos dejarían de adorar a Zeus y le venerarían a él, el gran Likaión. No hubo necesidad de insistir mucho más puesto que Likaión que ya se veía como un gran Dios adorado por multitudes que le ofrecían los más crueles sacrificios, a cambio de su ansiada protección, aceptó sin dudarlo. Y convenció a la mayor parte de sus subordinados, para que se dispusiesen a eliminar al resto de los seres. Tan solo diez parejas de estas criaturas se negaron, y se dispusieron a defender a esos seres que poblaban Grecia ya fueran estos aereos, acuáticos, o terrestres. Pero dado que eran muchos menos que los lobos fieles a Likaión no pudieron evitar la masacre. Solo una loba que después sería conocida con el nombre de Agapita, o Antonia..., Andrea quizás... bueno no recuerdo bien su nombre... Pues esta loba se acercó al pequeño templo que Atenea, la Diosa de la sabiduría, tenía en lo alto de una colina cercana. Y allí frente a la estatua de la Diosa de claros ojos, relató lo que estaba sucediendo y pidió ayuda para todos aquellos seres que estaban muriendo a manos de Likaión y sus ruines siervos. No acabó de hacer esa plegaria, cuando la estatua tomó forma humana y frente a la loba, apareció una bella y alta joven de pelo largo y negro, y de unos deslumbrantes ojos verdes, vestida y armada como una fiera guerrera, con casco, escudo y lanza.
-No te preocupes que todo se solucionará; le dijo la Diosa de ojos de lechuza, y al momento desapareció de su vista y apareció de nuevo en el Olimpo. En su bella mansión, el lugar donde los Dioses celebraban aquel grandioso festejo en su honor, al verla Zeus le preguntó: -¿A dónde has ido hija mía?, tú la que tan solo con tu presencia, me haces enorgullecerme de ser tu padre.
-Me pareció oír que alguien me llamaba y así era; le respondió Atenea, la Diosa que junto al Dios Hefestos enseñó a los hombres las profesiones; y según parece, vuestro padre Cronos viene a recuperar lo que cree que es suyo.
-Vamos hija, ¿Cómo puedes creer semejante tontería salida de la boca de un mortal? Mortal al que sin duda, deberías castigar. Ese anciano tiembla tan solo al oír mi nombre, ¿Cómo va a venir aquí a intentar destronarme?; contestó engreído el todopoderoso Zeus.
Tras escuchar estas palabras, Atenea se marchó tremendamente irritada, lo cual, por cierto, no cambió nada de lo que allí estaba sucediendo, ya que los Dioses siguieron comiendo y bebiendo sin parar las delicias del festín. Atenea, sin embargo montó en su carro, una elegante cuadriga tirada por cuatro hermosos caballos alados negros y se marchó hacia el lugar donde se encontraba su abuelo. Una vez allí, se dirigió lanza en mano a toda la velocidad que sus caballos le permitían hacia Cronos, que montó de inmediato en su cuadriga de blancos y embravecidos corceles y se abalanzó contra ella. De este choque entre inmortales que se produjo en los cielos, Cronos salió derribado, cayendo a tierra firme, donde Atenea se le apareció para seguir combatiendo, con su escudo y su espada, en una cruenta lucha cuyo clamor llegó hasta los oídos de los inmortales Dioses. Y Zeus, el llamado padre de todos ellos, decidió ir en ayuda de su amada hija, pero llegó tarde. Pues cuando se apareció en el lugar donde la masacre de los androzoos se había producido, Cronos ya había sido derrotado. Zeus se acercó a él y le dijo, mientras este se levantaba del suelo al que su nieta le había arrojado por segunda vez: -Te di una oportunidad digna de ti, o al menos eso creía, reinar en la bella península que los siglos llamarán Italia. Pero tú no podías conformarte con eso. No, tú tenías que destruir lo que mis hijos, mi esposa y yo hemos construido. Debería darte el más cruel de los castigos, pero para demostrarte que aún siendo tú mi padre, en nada me parezco a ti, seré bondadoso contigo. Te permitiré volver a Italia, donde todavía te consideran un buen Dios, aquellos que te llaman Saturno. Pero te prometo que si vuelves a intentar lo mas mínimo contra mi o contra los míos, te encerraré en las entrañas de la tierra durante toda la eternidad y mas aún.
Sorpredentemente Cronos se marchó cabizbajo y avergonzado a Italia, donde reinó durante siglos, como un Dios benévolo y sin tacha.
Atenea se acercó a su padre y le dijo: -Padre, ¿Cómo resolveremos todo lo referente a los androzoos?
Zeus con una sonrisa en los labios, le habló de esta forma: -Eso soluciónalo tú, ¿O acaso no eres la Diosa de las causas justas? Pues aquí tienes una justa causa que poder resolver, y he de suponer que alguien que ha vencido al poderoso Cronos, no tendrá problema alguno en resolver esta menudencia.
Tras esto desapareció, dejando en manos de la sabia Atenea la solución de aquel dilema. Y esta decidió sin tardar mucho que los androzoos muertos, la mayoría, irían a los Campos Elíseos, área del Reino de los Muertos, donde existen todas las cosas bellas, todos los placeres imaginables, y otros que son imposibles de imaginar, lugar a donde solo podían ir los héroes y gentes de buen corazón. Y a los que seguían vivos, les dio varias opciones, cada una con sus consecuencias. Podían decidir ser simplemente animales, que fue lo que muchos eligieron al ver lo que había sido capaz de hacer la maldad humana. También podrían optar por ser simplemente humanos, y junto con los hombres venidos del centro de Europa, repoblarían Grecia. Y a algunos de ellos, entre los que estaba la loba que la invocó, les fue concedido el poder seguir siendo lo que eran, a condición de que se dispersaran para no despertar sospechas entre los tan temibles como temerosos humanos, pues los Dioses no podían estar protegiéndoles siempre. Así que nuestra loba emigró a Italia, donde fue por todos conocida como la Loba Capitolina, la loba que amamantó a los nietos de Eneas, el fiero guerrero troyano que escapó de la destrucción de su ciudad. Estos nietos se llamaban Romulo y Remo, y la historia les concede el honor de haber fundado la grandiosa y decadente Roma. Después de esto, estuvo viajando por toda Europa, y algunos dicen que llegó a Escocia, donde conoció a un joven apuesto del que se enamoró. Y juntos tuvieron una hermosa relación, hasta que ella le contó su secreto y él tuvo que decidir si su amor era lo suficientemente fuerte como para soportarlo. Mas por suerte para los dos así fue, él no solo la aceptó tal y como era, sino que se unió a ella. Luego nadie más que su madre supo nada más de él. Esto último sucedió según cuentan en el 1219. Hoy en 1912, todavía se escuchan leyendas por estos parajes, que afirman que los dos lupinos siguen vivos. Y que se ocultan en algún lugar de las Highlands, las tierras altas escocesas.
En cuanto a Likaión y sus seguidores, desconozco totalmente cual fue el destino que deparó para ellos la Diosa de níveos brazos.


1 En griego se escribiría androzoos

Espero que os haya gustado este el último fragmento que publicaré aquí en este blog y ya sabéis que si queréis conocer lo que le sucede después a Spring o que le acontece a su madre Kate, podéis encontrar todas estás respuestas en mi novela Tres Mujeres en un mundo cambiante, Volumen I, a la venta en amazon.es

jueves, 13 de agosto de 2015

Tweeteando que es gerundio IX...

Estos son los últimos tweets de mi cuenta de twitter*( https://twitter.com/Danielgl777 ), los últimos cuatro aforismos ahora reunidos todos en mi blog, espero que os hagan reflexionar aunque solo sea para concluir cuan equivocado estoy:
-LXX Tan solo un idiota se cree superior al prójimo, tan solo un débil mental necesita imaginarse por encima de los demás para sentirse bien.
-LXXI La muerte es tan solo la mayor prueba viviente de que todos los mortales somos iguales.
-LXXII Nuestro mundo está hecho de palabras, por eso sin ellas este carece de sentido.
-LXXIII Buscamos enemigos y males en el exterior, cuando el mayor demonio habita en nuestros corazones.

*el orden de lectura de los mismos es el orden cronológico por el que los he ido publicando en mi twitter.

sábado, 8 de agosto de 2015

Tres Mujeres en un mundo cambiante, Volumen I: Libro II: I parte:

Capítulo VII: Licantropía sin pausa.

Spring entró en la habitación donde su padre dormía profundamente, y sin soltar la daga que llevaba en las manos, se acostó en la cama junto a él. Una vez allí, tonteó un poco con su funda, también de plata, que contenía talladas una extraña mezcla de palabras en griego y latín con un significado que ella desconocía, , Argentum et Lupinus, Argentum 1. Palabras que aparentaban ser un mágico encantamiento, que dicho por las personas apropiadas se haría realidad.
No tardó en quedarse dormida, el sueño le venció enseguida porque ya tenía la batalla ganada, estaba muy cansada. Esas habían sido demasiadas emociones para una niña de trece años. Pero no pudo dormir mucho, pues alrededor de media hora después, sintió algo húmedo que le frotaba el rostro. Entonces abrió los ojos y cuando pudo observar de que se trataba, sacó la daga de su funda exclamando: -¡Atrás!, huye sino quieres morir.
-Soy yo, soy William; le dijo el lobo con tranquilidad; se que tu madre y mi esposa han ido a por las dos lobas, creo que deberíamos ir a ayudarlas.
-Está bien; murmuró la inocentemente bella Spring; despertaré a mi padre y nos iremos.
-¡No!; le respondió tajantemente William; cuanta menos gente sepa de este asunto mejor, no conviene que se conozca lo que aquí esta pasando, pues la gente podría tener miedo, y el miedo es el peor enemigo de la razón. Además lo más probable es que después de esta noche, no nos volváis a ver, ni a mi esposa, ni a mí.
-De acuerdo; le contestó la inocentemente hermosa Spring, a la vez que se iba abrigando con una bata de su madre; ¿Cómo están sus heridas?
-No muy bien, pero al menos sobreviviré; le respondió William mientras se marchaban.
Y dejaron aquella habitación, donde Jerry permanecía profundamente dormido, sin haberse enterado de nada, tranquilo, aparentando no tener preocupación alguna. Como aquel que vive sin remordimientos porque no se siente culpable de nada. Pero por desgracia no era así, su sueño no era nada placido. El sentimiento de haber abandonado a sus padres se le apareció en cada una de sus ensoñaciones, transformándolas en una sucesión de imágenes de dolor y sufrimiento desgarradoras. Nunca se le había pasado por la cabeza que sus padres se habían sentido así, abandonados en el peor momento. Más eso nos sucede a veces, no nos damos cuenta de cual es la realidad hasta que esta no nos golpea en el rostro dejándonos sin sentido. Tirando por tierra, todo lo que hasta el momento era para nosotros tan seguro como que estamos vivos. Ya que por desgracia así es este mundo en el que solo de que estamos vivos podemos estar seguros, o quizás ni eso, pues como diría el francés René Descartes, tan solo cuando pensamos podemos tener la certeza de que estamos vivos.
Corrían en aquel mismo momento Spring y William por los senderos más ocultos de la isla de Coll, que tanto de día como de noche mostraban su belleza a quien la quisiera contemplar, aunque este no era precisamente el caso, y mientras William corría, seguía el rastro que su esposa había dejado. Pasada la medianoche, llegaron a una cueva, un habitáculo esencial para unos lobos corrientes. Pero que nada más adentrarse en él, uno podía observar que no era así, allí no habitaba ningún lobo común, pues para que querrían unos vulgares lobos, objetos tales como los que ahí podían contemplarse, que no eran otros que butacas, mesas, velas, cerillas, y una cama de matrimonio que encontraron en la parte más profunda y oscura de la gruta.
No tardaron en percartarse de que acababán de recorrerse la cueva en su totalidad, lo cual no era muy difícil, porque era pequeña aunque sinuosa.
-No puede ser, deberían estar aquí, al menos Agripina, pues he seguido su rastro...
-Diría que ese era el fin que habían estado buscando, engañarnos.
-Que me está diciendo, pequeña, que esto es...
-Efectivamente una trampa; le interrumpió una voz femenina de alguien que acababa de entrar en la gruta.
Inmediatamente dos sombras se les acercaron a gran velocidad, con intención de abalanzarse sobre ellos.
-¡Alto!; exclamó la voz firme pero dulce de la sublimemente increible Kate, que se adentraba en la gruta junto con su cuadrúpeda compañera, para luego comentar: -Nos habías confundido de tal forma que estábamos totalmente desorientadas. Hasta que el gran hocico de la aquí presente, vuestra mortal enemiga, nos llevó de nuevo tras vuestra pista, y como veo no hemos podido llegar más a tiempo.
-Pero no os creáis que ha sido simplemente un golpe de suerte, sino más bien que no sois tan listas como os creéis; añadió Agripina.
-¡Basta ya de charla!; dijo una de las lupinas que se lanzó contra Kate, con tal fuerza que la tiró de espaldas, y que si esta no se hubiese parado con las manos, la habría dejado sin sentido o quizás muerta. Pero ese ágil movimiento, también tuvo una fatal consecuencia para ella. La daga que llevaba en su diestra desde que la sacó Agripina de aquel cajón de doble fondo, se había clavado en la tierra de tal forma que no podía sacarla, cual espada mágica clavada en la roca. Y este hecho, podía haber convertido en trágico aquel evento, sino hubiera sido porque Spring cuando se percató de ello, le lanzó el puñal que ella poseía. Pero lo hizo con tal desatino, que este cayó a un cuarto de metro de su madre. Así que esta viendo próximo el mordisco de la loba en el cuello, se balanceó bruscamente hasta tirar al suelo al fiero animal. Pero este previendo algo así, se había sujetado a las extremidades de la joven, con sus garras. Entonces Kate, viéndose libre en uno de sus brazos, concretamente el diestro, agarró fuertemente la daga en el suelo enterrada, y tiró con vigor de ella tratando de sacarla. Y como si del rey Arturo y su famosa espada se tratase, lo consiguió cuando parecía casi imposible. Clavándosela con vehemencia en el pecho justo en el momento en que su fiera enemiga recuperó el sentido, para después seguir hacia abajo, y sacarla cuando dejó de sentir su aliento sobre ella, cuando esa profunda respiración cesó ya de repente. Pero tal era la fuerza de su atacante, que ni muerta podía librarse de ella. Necesitando la ayuda de Spring y de William para liberarse de sus otras tres extremidades. Después de hecho esto, sus miradas se dirigieron hacía Agripina que tenía una encarnizada lucha con la otra loba.
Al ver los mordiscos y zarpazos que aquellos animales se daban, Kate se dirigió a William y le comentó. -Su esposa se está jugando la vida peleando con esa loba, quiere decirme, ¿Porqué no está haciendo nada para ayudarla?
-Ya me gustaría; afirmó William, para luego mientras se señalaba con el hocico las heridas, continuar diciendo: -Pero la rápida carrera que me trajo hasta aquí, me ha reabierto las heridas y no me veo en condiciones de luchar ni por lo que más amo.
Agripina fue arrinconando a la otra loba hasta dejarla sin posibilidad alguna de escapar, yaciendo en el suelo, perdiendo la vida en cada exhalación.
-¡Vamos Kate, clávele la daga a esta loba antes de que sea tarde!; le gritó Agripina.
-¡Pero que dice si la lupina que me arañó está ya muerta!
-Eso es imposible, porque la licántropa que le atacó la primera vez fue esta. Con lo cual ha de matarla sino quiere temer cada noche durante toda su vida a que aparezca la luna y que con su brillo le transforme en una seguidora de Likaión, pues ese sería su fatal destino.
Kate se acercó al animal muy lentamente, haciendo tan poco ruido como un leve susurro, levantó en ese instante su brazo dispuesta a apuñalarlo, pero cuando el filo de la hoja estaba ya acariciando los pelos de la loba, paró en seco.
-No puedo.
-¿Qué?; dijo Spring; ¿Porqué?
-No puedo matar a este animal así como así, por mucho mal que me haya hecho, se que es una decisión que me hará sufrir mucho en el futuro pero...
Y paró de hablar cuando sintió que una presión sobre sus manos le hizo apuñalar a la convaleciente fiera. Kate miró sus manos y vio que estaban sujetas por otras más pequeñas, casi infantiles. Mas sin poder creérselo todavía, recorrió con su mirada la distancia que iba desde estas al rostro de su querida Spring. Esta cuando vio que su madre la miraba a los ojos, le habló de esta manera: -Madre, no sé que es eso que le pasó antes de que yo naciese, porque papá y usted nunca hablán de ello, pero debió ser algo horrible, y no quiero que vuelva a pasar por algo que le haga sentir así de mal, como cuando le sucedió aquello de lo que nunca hablán.
Después de esto Kate bajó la vista, pudiendo ver como el cuadrúpedo ser, yacía en el suelo con un gran tajo en el lomo, que le había llevado a su última morada.
En aquel momento Kate, a la vez que le pasaba la mano por el hombro a su hija Spring, le preguntó a la pareja de licántropos: -¿Se Van a quedar aquí?
-A mi poco tiempo me queda ya, mi aliento de vida se esfuma día tras día, al igual que el viento se lleva las gotas de rocío que han sido depositadas en las hojas de los árboles en la madrugada. Por eso no quiero pasarme la existencia defendiendo algo que es mío desde mi nacimiento, mi vida; le comentó Agripina.
-Es cierto, por eso no nos quedaremos durante más tiempo aquí sino que nos marcharemos aún no sabemos donde, de lo que si estamos seguros es de que nuestro hogar no está ya entre los humanos.

1 Muerte y licántropos, Plata y lupinos, Plata y muerte.

Espero que os haya gustado este el penúltimo fragmento que publicaré aquí en este blog y ya sabéis que si queréis conocer lo que le sucede después a Spring o que le acontece a su madre Kate, podéis encontrar todas estás respuestas en mi novela Tres Mujeres en un mundo cambiante, Volumen I, a la venta en amazon.es

miércoles, 5 de agosto de 2015

Tweeteando que es gerundio VIII...

Estos son los últimos tweets de mi cuenta de twitter*( https://twitter.com/Danielgl777 ), los últimos cuatro aforismos ahora reunidos todos en mi blog, espero que os hagan reflexionar aunque solo sea para concluir cuan equivocado estoy:
-LXVI Con mirar para otro lado cuando algo no nos gusta lo único que se consigue es que siga sucediendo.
-LXVII Siempre se ha dicho que de los errores se aprende, pero se olvidaron decirnos el que.
-LXVIII Todos queremos lo que no tenemos, buscamos lo que no necesitamos y nos deshacemos de aquello que nos es útil.
-LXIX En ocasiones no hay mayor estruendo que el silencio.

*el orden de lectura de los mismos es el orden cronológico por el que los he ido publicando en mi twitter.

sábado, 1 de agosto de 2015

Tres Mujeres en un mundo cambiante, Volumen I: Libro II: III parte:

Capítulo IV: El amo de las gárgolas.

Por aquel entonces Spring decidió poner fin al misterio que se desenvolvía alrededor de aquella catedral. Esta era una de las tres edificaciones religiosas de origen europeo de la ciudad, siendo la única de esas iglesias que era católica. Este era además un lugar frecuentado, entre otros y por motivos laborales, por su más que amigo Eidan Nadie.
Pues bien, aquella noche, se encontraba situada entre las sombras del portal de una de las viviendas que estaban de frente al lateral derecho de aquella catedral gótica al más puro estilo francés, tanto que se diría que era una versión reducida de la de Notre-Dame de París.
Ella, a pesar de sus sesenta y cinco años conservaba una vitalidad, agilidad y fuerza nada propias de su edad, heredadas de su madre decía ella. Desconociendo sin la más mínima sospecha lo cierto que era eso, pues sin duda ignoraba el gran secreto que su madre guardó durante toda su vida y que solo llegó a conocer su marido, el padre de Spring. Pero esa, la leyenda de la vampiresa que dejó de serlo, es otra historia ya narrada íntegramente en “La joven y su secreto”, a la cual me remito. Ahora nos concierne saber que fue aquello que dejó a Spring totalmente sorprendida y confundida aquella noche de octubre de 1964.
Había oído desde su llegada a aquella localidad del norte de la India de cuyo nombre no quiero acordarme, en Septiembre de 1949, leyendas sobre las gárgolas de aquella catedral. Se rumoreaba que en el pasado esas figuras de piedra se les habían aparecido a los lugareños en sus hogares. Otros, en cambio, le habían contado que estas habían sido vistas en siglos anteriores, pero que solo se las veía sobrevolando la catedral. En cualquier caso ambas versiones coincidían en que esto solo sucedía cuando se avecinaba una grave amenaza, y que su conducta nada propia de una escultura tallada en piedra no tenía otro objetivo que el de proteger a la ciudad y sus habitantes. Según decían esas supersticiones que habían vuelto a resurgir en los últimos años, estas grotescas figuras solo obedecían a un individuo, que era portador de una especie de bastón mágico, llamado popularmente el amo de las gárgolas.
En cuanto a la catedral, sabía que este era un edificio que había sido comenzado a construir en 1540, por orden de un grupo de frailes franciscanos galeses de la localidad de Carmarthen. Los cuales abandonaron Gales cuando Enrique VIII, rey de Inglaterra y señor de Irlanda, confiscó la propiedad de las instuticiones de la iglesia católica en el proceso que daría origen a la iglesia anglicana.
Pero lo más extraño y lo que más le había empujado a indagar que había de cierto en todo aquello, no era el resurgir de la mitología del lugar, sino más bien las enigmáticas respuestas de los franciscanos que aún regentaban aquel inmueble, y que extrañamente seguían siendo en su mayoría británicos. Ejemplo de ello es que cuando les preguntó esto precisamente, le contestaron que esa había sido una catedral construida bajo la dirección de franciscanos británicos y en honor a aquello el Vaticano y la orden franciscana habían decidido que siguiera en manos de aquellos que le habían dado vida, y que así continuaría siendo en el futuro. Pero esta respuesta no le resultaba nada satisfactoria, al igual que las contestaciones a las otras dos incógnitas que ella albergaba y que no eran otras que cual era la identidad de ese supuesto amo de las gárgolas o al menos en que se basaba esa leyenda. Leyenda que ella creía de origen francés, puesto que allí era donde la había oído por primera vez. La otra cuestión que se planteaba era el saber el porque una catedral que había iniciado su construcción a mediados del siglo XVI, por unos frailes venidos de Gales en esa época, y que por lo tanto por pura lógica habría debido ser una construcción de estilo renacentista que era el estilo arquitectónico que se practicaba mayoritariamente en aquella época en la Europa de la que venían, estaba construida, sin embargo, al más puro estilo gótico pero no británico sino francés. Y más concretamente el de una catedral construida en el medievo, como era la Notre-Dame parisina, iniciada en 1163 y cuya finalización no fue lograda hasta 182 años después.
Pues bien, a la primera cuestión le respondieron que era una leyenda que conocían y que se solía dar en las poblaciones donde se construían catedrales ornamentadas con gárgolas. Leyenda que probablemente se remontase a la Edad Media, a la época en la que se comenzaron a construir estos santos lugares. Pero que más allá de esto, no sabían nada sobre ese asunto. En cuanto a la segunda incógnita no tenía otro motivo que el hecho de que el prior, o guardián que era como le llamaban y aún llaman los franciscanos a su superior jerárquico en la orden, en aquella época era descendiente directo del arquitecto que inició la Notre-Dame de París, y por esa razón quiso que esta fuera del mismo estilo arquitectónico que la iniciada por su antepasado. Puesto que aquel ilustre ancestro era el que había promovido el gusto por el conocimiento del arte y oficio de la arquitectura en su familia, y sobretodo por ese estilo en concreto, pues era el propio de su época. Así que al llegar la orden a aquellas lejanas tierras de la India, ninguno de los monjes tuvo ninguna duda en cuanto a que la nueva catedral sería a imagen y semejanza de su antecesora parisina. Por si fuera poco fue el propio guardián de la orden, un tal Sócrates García La Fayette, el que dibujó los planos de aquel edificio religioso situado en el noreste indio, además de ser el director de la obras los primeros treinta años de los setenta que se tardó en edificarla.
Estaba Spring ensimismada en aquellos pensamientos, cuando vio algo que por mucho que de mil y una maneras los lugareños le habían estado contando, ni en su mayor delirio habría imaginado. Las gárgolas empezaron a moverse, primero vagamente sus alas aquellas que las tenían, los brazos aquellas que no. Pero después mientras los que estaban desprovistos de alas aprovechaban la densa niebla, que había aparecido de la nada, para deslizarse entre las sombras, los alados sobrevolaban en silencio la catedral como si se cuidasen de que estos no cayeran en su descenso desde las alturas o no fuesen vistos. Una vez las gárgolas imposibilitadas para el vuelo estuvieron en el suelo, todas iniciaron su marcha en la misma dirección.
Dada la espesura de la niebla, no habría podido ver a donde se dirigían, de no haber heredado la prodigiosa vista de su madre.
De pronto cuando llegaron a la altura del portal donde ella estaba cobijada, se pararon y pese a la espesa niebla que dificultaba la visión y a los diez metros de distancia que los separaban, se quedaron contemplándola como si no les sorprendiera que ella estuviera allí. Y mientras observaban en dirección a donde Spring se encontraba, con tal claridad como la de un soleado día de verano en las tierras de mi Andalucía natal, comenzaron a susurrar extraños sonidos. Y esa sonoridad se asemejaba al rumor de las palabras, si es que no eran verdaderamente palabras, palabras en diferentes idiomas. Algunos que conocía como el gaélico, el español, el inglés, el chino, o el francés, otros desconocidos como el hindi, el latín, el griego antiguo, el árabe o el hebreo. Así cada una parecía hablar un idioma diferente y sin embargo hablaban una sola lengua, o quizás era al contrario.
-La otra alternativa; le pareció entender en aquellas lenguas que dominaba.
Dicho esto, siguieron su camino hacia un callejón cercano a la catedral, entonces Spring, al haber comprobado que las gárgolas no parecían tener intención de hacerle nada, sin temor alguno y sin dudarlo ni un momento, decidió salir a la “luz”. Sin poder evitar en cualquier caso sentirse recelosa y extrañada por el comportamiento de esas criaturas al verla, y las palabras que le había parecido escuchar. Así que resuelta a encontrarle algún sentido a esa impensable situación, las siguió hasta aquel lugar, y allí pudo ver como todas ellas miraban hacia un mismo punto sumido en la oscuridad.
Al ir acercándose pudo ver a un individuo que sostenía un gran bastón tallado con diversos motivos que no alcanzaba a vislumbrar con claridad, al igual que tampoco podía atisbar el rostro de aquel que de idéntica manera que los poderosos hechiceros de esos cuentos de los cuales su infancia había estado plagada sostenía una vara.
-¡No es posible! ¡El amo de las gárgolas!; pensó mientras se les acercaba avanzando cobijada por las sombras y tinieblas de una noche sin luna.
Las gárgolas, como si pudieran haber escuchado aquel pensamiento, se giraron y comenzaron a aproximarse a ella, sin prisa alguna ni tampoco pausa.

Espero que os haya gustado este el antepenúltimo fragmento que publicaré aquí en este blog y ya sabéis que si queréis conocer lo que le sucede después a Spring o que le acontece a su madre Kate, podéis encontrar todas estás respuestas en mi novela Tres Mujeres en un mundo cambiante, Volumen I, a la venta en amazon.es