A continuación incluyo un octavo fragmento de La Eneída de Virgilio, un poema épico donde se narran las asombrosas aventuras y desventuras del troyano Eneas, desde su huida de su ciudad natal hasta su llegada a Italia y la posterior fundación de la ciudad de Roma, pasando por su trágico romance con Dido, la reina de Cartago, que sería el origen mítico de la enemistad de ambas ciudades:
"Hallábame solo pues, cuando vi a la hija de Tíndaro, que andaba errante por junto a los umbrales del templo de Vesta, buscando silenciosa algún lugar apartado donde esconderse, iluminada por los resplandores del incendio y teniendo azorada la vista por todos lados. Temiendo aquella infeliz, común calamidad de su patria y de Troya, las iras de los Teucros, a quienes costara la destrucción de Pérgamo, la venganza de los Griegos y el enojo de su abandonado esposo, procuraba ocultarse, y aborrecida de todos, buscaba un refugio en los altares. Su presencia inflama mi ánimo; ciego de ira, quiero vengar en ella la ruina de mi padre y castigar de una vez tantas maldades.
-Y ¿Qué?, ¿Será justo; exclamé; que esta mujer vuelva incólume a Esparta y a su patria Micenas, como triunfante reina? ¿Será justo que vuelva a ver a su esposo, sus hogares, a sus padres, a sus hijos, acompañada de una muchedumbre de Troyanos y de doncellas frigias, mientras que Príamo ha muerto acuchillado y Troya es presa de las llamas, mientras que nuestras playas se han empapado tantas veces en sangre dárdana? No, no será; porque, si bien no hay gloria alguna en castigar a una mujer, ni tal victoria es honrosa, al cabo mereceré alabanza por haber exterminado a esta infame y dándole el merecido castigo, y confortará mi alma el deseo ardentísimo de vengar a mi patria y de aplacar los males de los míos.
Así exclamaba, arrebatado de furor, cuando se me apareció cual nunca tan patente la habían visto mis ojos, brillante con purísima luz en medio de la noche, mi divina madre Venus, con atavíos de diosa, tan soberana y bella cual suele mostrarse a los inmortales; contúvome asiendo mi diestra, y de su rosada boca dejó caer estas palabras:
-¿Cuál inmenso dolor, hijo mío, provoca tus indómitas iras? ¿Cómo así te ciega el furor? ¿Cómo te olvidas de mí y de los tuyos? ¿Por qué no atiendes más bien a buscar donde lo has dejado a tu padre Anquises, abrumado por la ancianidad, y a ver si aún viven Creúsa y el niño Ascanio? Por todas partes los rodean las desbandadas huestes griegas, y si no lo resistiera mi desvelo, ya los hubiera demorado las llamas o la enemiga espada habría derramado su sangre. No culpes en este trance a la odiosa Lacedemonia, hija de Tíndaro, ni a Paris; la inclemencia de los dioses, de los crueles dioses, es la que ha asolado todas esas grandezas y derribado a Troya de su alto asiento. Atiéndeme bien, porque voy a disipar la densa nube que con su húmeda sombra rodea y ofusca ahora tus ojos mortales; oye sin temor los mandatos de tu madre, y no titubees en obedecerlos. Allí donde ves aquellas moles derruidas y aquellos peñascos revueltos entre sí, y aquellos nubarrones de humo y polvo, está Neptuno batiendo con su poderoso tridente los muros y sus removidos cimientos; allí la crudelísima Juno ocupa al frente del enemigo las puertas Esceas, e hirviendo en ira, blandiendo su lanza, grita a sus amigas huestes griegas que acudan de las naves... Mira cómo la tritonia Palas, rodea de una esplendente nube y embrazada la aterradora égida, en que se ve la cabeza de la Gorgona, se asienta en la más eminente torre. El mismo padre de los dioses infunde aliento a los Dánaos y favorece sus esfuerzos; él mismo concita a los dioses contra las armas troyanas. Huye, pues, hijo mío, y pon fin a una vana resistencia. En donde quiera me tendrás a tu lado y te dejaré seguro en tus nativos umbrales.
Dijo y desapareció entre las densas sombras de la noche. Entonces vi patentes los irritados rostros de las grandes deidades enemigas de Troya..."
Continuará...
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Creo en la libertad de expresión, pero también en la buena educación, si tu mensaje no se atiene a estos dos principios, será eliminado. Gracias.