sábado, 17 de agosto de 2019

LXXIV Los dones de los hombres
















Erase una vez un diminuto planeta,
poblado por miles y miles de criaturas,
que vivían en las noches oscuras,
o en los luminosos días sin ninguna treta,
conviviendo entre ellos en cierta armonía,
hasta que llego un sereno día,
en que una nueva raza aparecía,
de vileza tenía el alma repleta,
y ató a la Tierra con sus ligaduras,
para después continuar con sus conjuras,
acabando con aquel que se entrometa,
civilización, colonización, industrialización,
contaminación, extinción, negación, destrucción,
nuestros dones son de la Tierra su condenación.

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