Lágrimas no lloradas,
hoy mi alma ha derramado,
caminé por cañadas oscuras,
sin ningún pastor que me guiara,
ni vara ni cayado que me sosegará,
y aunque nada temo a las situaciones duras,
en días como este mi ser ha extrañado,
aquellas tan lejanas jornadas,
en que creía en un poder,
en las que amaba a un ser,
que a fuentes tranquilas me conducía
mis fuerzas yo creía que reparaba,
mientras en verdes praderas me recostaba,
más ahora tan solo tengo una guía,
que por el sendero justo trata de llevarme,
intentando no extraviarme,
ese es mi desamparado corazón,
esa son mi conciencia y mi razón.
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