
"La historia de Allivaram Rejum Al es sin duda una de esas historias en que, ya sea por la cantidad de acontecimientos que se sucedieron alrededor o provocados por este personaje o sencillamente por la calidad humana de su protagonista, podríamos extendernos verdaderamente todo lo que quisiéramos, y aun así seguramente que nos faltarían páginas. Por eso intentaré relatar en unas breves líneas los acontecimientos más esenciales de la vida de esta gran mujer, aunque no dudo que pueda quedarme corto.
Allivaram Rejum Al nació hace unos tres mil trescientos años en Sabet una localidad del Hipatia (suroeste) de Zora, y aunque la posición de la mujer en su país ya por aquel entonces era mucho mejor a la de cualquier otra nación de Osiria, no era tampoco de plena igualdad puesto que aunque las féminas de esta nación podían desempeñar cualquier trabajo, llegando incluso a poder ser capitanas de los navíos zorisas, no podían ejercer cargos públicos, lo que a ella le privaba de poder jamás reinar en su país pese a ser la primogénita del Noaraf Notaneka.

No tuvo que pensárselo mucho para llegar a la conclusión de que aquello era algo que se debía combatir de alguna manera, y así esta mujer, que hasta el momento ha sido la única humana de ojos púrpuras, volvió a recorrer el continente de los humanos y allí fue reclutando a todas aquellas mujeres que brillaban sobre el resto de sus compatriotas, ya fueron estos hombres o mujeres. De esta manera Allivaram Rejum Al, la tan hermosa princesa como pocas mujeres han existido, entrenó y preparó a este ejército de supermujeres, a las que llamó valkizonas, con el que pensaba hacer un lugar en la tierra de los hombres tanto para ella como para todas sus hermanas. Pero no os llevéis a equívocos puesto que aunque las valkizonas conformaban una verdadera milicia de mujeres maravillosas en todos los sentidos de la palabra, no era la intención de ninguna de ellas ni de su capitana de larga y negra melena imponer por la fuerza los cambios que las sociedades de Osiria necesitaban para que las hembras de nuestra especie, pudieran encontrar su lugar en este mundo sin la necesidad de la supervisión de varón alguno fuera este padre o marido.
Su propósito era más bien el contrario, querían mostrarles a los hombres que podían ser tan poderosas como ellos, y que no se dejarían someter por la voluntad del varón, pero que tampoco se enfrentarían a ellos de no creerlo absolutamente necesario.
El problema es que los hombres de toda Osiria no lo vieron de la misma manera, y en su ceguera vieron en este ejército de mujeres de toda raza conocida que capitaneaba aquella princesa de piel morena una amenaza a su modo de vida, sus tradiciones y otras absurdas visiones que pretenden amoldar la realidad a uno en vez de amoldarse uno a esta. Así que formando una alianza sin precedentes en la historia de Osiria, las tropas de las naciones de los hombres, que eran por aquel entonces conocidas, se unieron para enfrentarse a esta amenaza femenina y evitar así el contagio de esas dos enfermedades llamadas libertad e igualdad al resto de las mujeres que nuestro continente habitaban. Y así los hombres que estaban capitaneados por su propio hermano, Sisomtut III, se dirigieron a un enfrentamiento contra las valkizonas en lo que esperaban que fuera una confrontación más que corta, pero en esto también erraron puesto que la guerra duró unos cuatro años. Cuatro años en los que la derrota de los hombres en su absurda cruzada contra las valkizonas se hacia más cercana día a día.
De hecho, pasado un mes de ese cuarto año, Allivaram Rejum Al podría si hubiera querido coronarse como emperatriz de toda Osiria, puesto que las milicias rivales eran ya casi un recuerdo del pasado, pero en vez de eso la princesa de las valkizonas pronunció estas palabras: -No quiero yo reinar sobre los hombres, como tampoco deseo que ellos reinen sobre nosotras, tan solo quiero vivir en una tierra donde la hermana y el hermano puedan vivir no uno sobre la otra, sino junto a ella, con ella. Pero si hemos tenido que sacar nuestros hierros, para defender algo como esto, eso quizás quiera decir que no hay sitio en Osiria para las valkizonas. Podéis respirar ya tranquilos hombres, puesto que vuestra peor pesadilla dejará de acecharos durante vuestros días y vuestras noches.
Abandonaron entonces las valkizonas la tierra que podía haber sido suya, y navegaron hacia el cleopatra (sur), siendo ellas y no yo las primeras humanas en descubrir las Islas Clamá, donde se les unieron algunas mujeres más.

Espero que este decimocuarto fragmento que publico aquí en mi blog de Edrev, la esmeralda de los cielos: Génesis, halla sido de vuestro agrado y ya sabéis que si queréis saber más sobre lo que les sucede a los intrépidos ajornautas, podréis encontrar todas esas respuestas en la novela ya a la venta en amazon.es
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