lunes, 7 de agosto de 2017

Té con canela, café con leche. (3ª parte.)..

-Ni yo antes de ver los documentales de Carl Sagan, esos que hizo en los ochenta; afirmó Carmen; y ahora piensa en el movimiento negro para la consecución de los derechos civiles en Estados Unidos, ¿Quién se te viene a la cabeza?
-Pues mujer, Martin Luther King y también este que le gusta mucho a mi hijo, Malcom X; contestó Patricia.
-Muy bien, ¿Y sabías que todo empezó con una mujer en un autobús?; le preguntó Carmen.
-¿Cómo?; quiso saber Patricia abriendo su paraguas al ver que empezaban a caer unas gotas de aquel cielo gris.
-Pues un día como cualquier otro, Rosa L. Park se montó en el autobús. Por aquellos años en los autobuses, al menos en el sur de los Estados Unidos, estaba establecido que los blancos se sentaran en la parte delantera y los negros en la trasera, pero cuando ella entró vio como todos los asientos de la zona “negra” del autobús estaban ocupados mientras que en la zona “blanca” había varios asientos libres, así que ni se lo pensó dos veces y ante la sorpresa e incluso el desagrado de algunos de los blancos que allí estaban presentes, se sentó en uno de los asientos libres. Todo habría quedado en una simple anécdota si no fuera porque el autobús se fue llenando y los asientos vacíos fueron siendo ocupados hasta que ya no quedó ninguno. Entonces entró un
nuevo pasajero, un blanco que al ver que todos los asientos de su zona estaban ocupados le pidió a Rosa de malas maneras que le cediera el suyo. Pero esta le contestó que había sido un día duro y que le dolían los pies y que no pensaba cedérselo puesto que cuando llegó el asiento estaba libre y ella tenía todo el derecho a sentarse en él. Tras esto la “invitaron”, también de mala manera, a bajar del autobús, vamos que la echaron. Y fue entonces cuando la comunidad negra del país, primero en el sur que es donde habían sucedido los hechos, extendiéndose luego al resto de la nación, dijo que ya era suficiente. Y ahí empezó todo, con una huelga contra la injusta legislación que permitía que eso sucediera, con una huelga contra la compañía de autobuses. Y fue en ese momento cuando los grandes nombres que todos conocen decidieron encabezar ese movimiento entrando estos a formar parte de la historia. Pero todo comenzó con una mujer normal y corriente que estaba cansada y le dolían los pies y que no se dejó intimidar por aquellos que se creían sus superiores.
-Si es cierto que la historia ha olvidado a las mujeres en más de una ocasión; comentó Patricia, pero eso se debe a que generalmente ha estado escrita por hombres.
(Continuará...)

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