
Estoy cansado de tanto odio, muerte sin sentido, amparándose en ideas, credos, un ojo por ojo que nos ciega, como si ese estado de locura fuera a cambiar algo, ya que los amos del mundo siguen siendo los mismos al igual que las víctimas, que no suelen ser más que personas corrientes que tan solo quieren vivir su vida lo mejor posible. Personas que cuando no caen víctimas de la irracionalidad, lo hacen del sin sentido, el sin sentido de palabras reveladas por dioses a los que nadie ve ni oye pero que nos hablan y nos dicen que para defender la verdad no hay nada mejor que matar a aquel que la desconoce, lo cual es algo tan viejo como la propia humanidad. Lo han hecho o harán en un momento determinado todos los pueblos y colectivos humanos. Porque aquellos que se obstinan en no ver mi verdad, no merecen otra cosa...
Es algo absurdo, tan absurdo como ver llegar a nuestras costas, o peor aún ver como se ahogan antes de llegar a nuestras costas, personas que huyen del horror de una guerra que nosotros ya hemos olvidado, puesto que no recordamos ni cuando empezó, ni sabemos muy bien ni nos interesa mucho porque comenzó, puesto tenemos mejores cosas que hacer, y si no para eso tenemos los móviles, para evadirnos del mundo mandando las mismas bromas en bucle o sino viendo la nueva serie del momento, si eso está mucho mejor que hacer algo, ¿Para qué? Si esa gente son unos bárbaros, y aunque los ayudásemos encontrarían otra forma de matarse...
Y lo peor es que nos creemos esa clase de afirmaciones sin fundamento, como si del otro lado del muro no hubiera madres y padres que luchan porque sus familias tengan la mejor vida posible. Como si al otro lado del río no hubiera mujeres y hombres que buscan su lugar en este mundo.

En fin siempre se trata de lo mismo, de privarnos de nuestra libertad, a poder ser con su mejor arma el miedo que usan a ambas orillas del mundo. El miedo al diferente, al de fuera, al que no piensa como yo, al que en definitiva no es ni quiere ser yo, pero lo cierto es que como persona que ha vivido varios años en el extranjero alguna vez he padecido los efectos de ese miedo ya fuera en carnes propias o ajenas. Por lo que no soy partidario de que se haga lo mismo en el lugar al que yo llamo hogar.
Y ya sé que muchos me dirán que tengo suerte de vivir donde actualmente vivo porque si viviera en otros lugares no tendría la libertad que aquí tengo, pero que queréis que os diga no suelo escuchar algo cuando suele venir de las bocas de las personas que si pudieran me privarían de alguna u otra forma de mi libertad para imponerme su verdad también revelada.
En cualquier caso no sé si he llegado a alguna parte con esta reflexión porque me es difícil de entender lo que no tiene sentido, y al igual que me pasa con el racismo y el machismo y los que aún hoy lo justifican, esto es algo que no tiene sentido por lo que se me escapa, se me hace totalmente incompresible.
Por lo que para acabar tan solo diré que mi corazón siempre estará con la gente de cualquier credo, raza, sexo, condición sexual, o cualquier otro tipo de característica personal o social, que solo quiere vivir felizmente en este bárbarico mundo. Porque esos y solo esos son los míos, esos son mis hermanos, mi gente, mi pueblo y a todos ellos les deseo esa vida que ambos soñamos en un mundo mejor que solo existirá si nosotros lo construimos.
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