Poco o nada me queda que decir de mi segundo libro NIGRONÍRICA, esa obra formada a su vez por tres, pues de un lado se hallaban los poéticos SUEÑOS, por otro las narrativas SOMBRAS, y finalmente las aforísticas CITAS NADA CELEBRES, todo ello escrito por Daniel Gorostiza Limón, que no es otro que yo mismo.
Hecha la habitual introducción, la poesía reclama ya el sitio que por derecho merece y hace oír su voz alta y clara, pero también su intención, llevar en la medida de lo posible a tus sueños más allá de tus sombras, por lo que sin más dilación os dejo con el decimoséptimo poema de NIGRONÍRICA: SUEÑOS Y SOMBRAS:
XVII Oda del perdedor.
Gastadas ya las palabras de desaliento,
perdidas en el valle donde se escondió la esperanza,
las lágrimas secadas fueron por las desesperanzas,
los nudos ya rotos duelen en estomago y garganta.
No avanzo pero no me despeño,
me quedo en el vacío entre perdición y salvación,
ni la gracia de los caídos merezco,
de los caídos en desgracia,
al mundo pueden con razón culpar ellos,
pero, ¿A quién puedo culpar yo?
Mi desgracia es tan mísera, tan ridícula,
que tan solo hallo un culpable,
solo uno yo, yo y nadie más que yo,
ojos verdes, rostro pálido.
Pero entre todas mis ridículas tristezas,
hay una que al resto supera,
y es que en mi miseria,
soy una mota de polvo,
una mota de polvo en un mundo que se desangra.
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