
Y una vez introducido aquello que debía ser introducido, dejaremos a la poesía mostrar su única y genuina voz, una voz que no busca otra cosa que llevar a nuestros sueños más allá de nuestras sombras, por lo que no queriendo prolongar más la espera os dejo con el decimonoveno poema de NIGRONÍRICA: SUEÑOS Y SOMBRAS:
XIX La justicia del ajusticiar.
Razones por las que matar,
razones por las que morir,
¿Acaso existen? ¿Realmente existen?
“Existen muchas causas por las que moriría,
pero ninguna hay por la que mataría”
dijo una vez un pequeño gran hombre indio.
Sin embargo matamos sin más
y sin menos, pero siempre muertes,
muertes por doquier, disfrazadas de causa justa.
En nombre de un dios bondadoso
que si realmente lo fuera,
no permitiría que en su nombre
la sangre corriera.
En nombre de una causa,
en nombre de unas ideas,
supuestamente justas,
que aunque lo fueran no debieran mancharse
con la muerte del prójimo.
En nombre de un way of life1,
en nombre de unas leyes,
que perdieron su pretendida pureza
en el mismo día que decidieron que era justo,
que en su nombre se matara,
aun al más vil de los canallas,
aun al más vil de los rufianes.
Una lista esta que eternizarse podría,
páginas y páginas llenaría y jamás acabaría,
pues si hasta en nombre del amor perdido,
del amor perdido sí, tan absurdo como eso,
pues el amor duele pero jamás mata.
Y sin embargo aquellos que ejecutan
se cubren bajo el manto de un en nombre de,
y son capaces de cobijarse en él
de cualquier lluvia o nevada,
del frío o del calor,
y hasta de la realidad.
1 modo de vida.
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