Poco más queda que decir de mi NIGRONÍRICA, tan solo quizás que el título significa sueños negros, puesto que son aquellos que residen ocultos en lo más profundo de mi corazón por temor a ser expuestos a la claridad de la luz del sol. Siendo esta la ocasión en la que yo, Daniel Gorostiza Limón, aprovechaba para mostrar parte de mi más íntima esencia en este libro subtitulado SUEÑOS Y SOMBRAS.
Dicho esto es hora ya de que que yo calle para que hable mi poesía llevando en la medida de lo posible a los sueños más allá de las sombras, dejando paso ahora a mi quinto poema de NIGRONÍRICA: SUEÑOS Y SOMBRAS:
V
Destino con tino.
La
vida nos ofrece los caminos,
de
forma tal que pensar pudiéramos,
que
elección no tenemos.
El
mundo está ya hecho cuando llegamos,
y
a eso lo llamamos destino,
pero
no hay mayor desatino.
Pues
elegir los senderos que camino,
yo
puedo, es mi derecho
como
lo es decidir dejarme llevar.
El
escenario no lo elegimos,
no
podemos, es demasiado grande
y
nosotros demasiado pequeños.
Más
de una vez tan hecho está todo,
que
ni papel podemos elegir,
¿O
quizás si? ¿O quizás no? ¿O si?
Pero
elegir podemos la interpretación,
otras
incluso nuestro propio guión,
escribimos,
rescribimos, modificamos, corregimos.
¿Dónde
está ahí el Destino?
¿Dónde
está ahí el Hado?
¿Es
acaso nuestra insignificancia?
¿Es
acaso nuestro orgullo herido
de
enanos que gigantes se creen
que
gigantes quieren ser?
Seamos
lo que somos, enanos,
enanos
que son lo que quieren ser,
actores
en teatro ajeno,
de
una obra que empezó
antes
de nuestra llegada,
de
una obra que acabará,
después
de nuestra partida,
si
es que concluir debe.
Llamar
a eso destino,
es
ponerle un apellido
a
nuestra ignorancia.
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