martes, 14 de marzo de 2017

Seguimos rememorando Nigronírica...

Poco más queda que decir de mi NIGRONÍRICA, tan solo quizás que el título significa sueños negros, puesto que son aquellos que residen ocultos en lo más profundo de mi corazón por temor a ser expuestos a la claridad de la luz del sol. Siendo esta la ocasión en la que yo, Daniel Gorostiza Limón, aprovechaba para mostrar parte de mi más íntima esencia en este libro subtitulado SUEÑOS Y SOMBRAS.
Dicho esto es hora ya de que que yo calle para que hable mi poesía llevando en la medida de lo posible a los sueños más allá de las sombras, dejando paso ahora a mi quinto poema de NIGRONÍRICA: SUEÑOS Y SOMBRAS:




V Destino con tino.



La vida nos ofrece los caminos,
de forma tal que pensar pudiéramos,
que elección no tenemos.
El mundo está ya hecho cuando llegamos,
y a eso lo llamamos destino,
pero no hay mayor desatino.
Pues elegir los senderos que camino,
yo puedo, es mi derecho
como lo es decidir dejarme llevar.
El escenario no lo elegimos,
no podemos, es demasiado grande
y nosotros demasiado pequeños.
Más de una vez tan hecho está todo,
que ni papel podemos elegir,
¿O quizás si? ¿O quizás no? ¿O si?
Pero elegir podemos la interpretación,
otras incluso nuestro propio guión,
escribimos, rescribimos, modificamos, corregimos.
¿Dónde está ahí el Destino?
¿Dónde está ahí el Hado?
¿Es acaso nuestra insignificancia?
¿Es acaso nuestro orgullo herido
de enanos que gigantes se creen
que gigantes quieren ser?
Seamos lo que somos, enanos,
enanos que son lo que quieren ser,
actores en teatro ajeno,
de una obra que empezó
antes de nuestra llegada,
de una obra que acabará,
después de nuestra partida,
si es que concluir debe.
Llamar a eso destino,
es ponerle un apellido
a nuestra ignorancia.

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