
-Ya eso está bien porque sin duda es una idea original, pero ¿Has pensado que se basa en un supuesto erróneo?; sentenció Atalanta mirando al cielo, entonces cuando comprobó que estaba chispeando abrió su paraguas y me habló de esta manera: -Porque las creencias son algo irracional y no lo digo en sentido peyorativo, ni mucho menos, pero es cierto sin duda que no suelen tener un fundamento lógico y racional. No es nada empírico ni demostrable como puede ser la ciencia, que aunque como todo lógicamente tiene sus zonas oscuras, pero puede sin excepción ser objeto de análisis, puede ser pesado y medido para luego demostrar si es valido o no. Por ejemplo yo puedo demostrarte que uno mas uno son dos, de igual forma que tú podrías demostrarme que no, que uno mas uno no son dos sino siete, y finalmente podríamos llegar a la conclusión de que uno de los dos argumentos es cierto y que el otro no, o que uno es mas cierto que otro, o podríamos no llegar a conclusión alguna, pero todo esto lo basaríamos en hechos. En cambio en lo que a las creencias se refiere, aun en aquellas que puedan estar basadas en la realidad, son algo irracional, se basan en sensaciones, intuiciones, sentimientos. Porque yo puedo creer que este paraguas es negro, que de hecho lo es y tú que es blanco y por mucho que tratemos de convencernos el uno al otro va a dar igual, pues nuestros pareceres dependen mas de aquello que sentimos, de nuestras percepciones de la realidad que de lo que nos digamos cada uno. Importando más bien poco quien tenga realmente la razón, si es que alguno la tiene.
-Si bueno yo lo que pretendía es analizar que pasaría si se demostrase que Dios no existe de una forma innegable, y no hacer un ensayo sobre las creencias o la lógica; le conteste tras tirar la
colilla al suelo.
-Perdona si he sido un poco demasiado reflexiva, pero es que ayer vi con Miguel “Los crímenes de Oxford” y creo que eso de las series lógicas me ha afectado un poco; comentó Atalanta con ironía, dicho lo cual no pude evitar una breve risa.
-¿Qué te parece si nos tomamos el café aquí?
-Por mi vale.
-¿Dónde prefieres estar? ¿Dentro o fuera?
-Pues por mi parte dentro, que soy alérgica al frío.
-Curiosa alergia esa; afirmé mientras le abría la puerta; supongo que tú querrás un café descafeinado de maquina como siempre.
-Y tú una taza de chocolate caliente; afirmó iluminando su rostro con aquella sonrisa por la que sería capaz de condenarme al mismo infierno.
(Continuará...)
(Continuará...)
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