sábado, 15 de febrero de 2025

El libro de Sara (conclusión)

Os dejo aquí un fragmento de mi nuevo libro Mundos,
en concreto parte del tercer capitulo del segundo relato de la parte de Mundos Fantásticos.


El libro de Sara.


Capítulo III: Sara Smith.


-Así es, Sara Smith murió de un ataque al corazón segundos antes de que yo entrara en su cuerpo, al parecer pese a que era joven le había llegado su hora, y de las múltiples personas que murieron en el momento de mi descenso se me dio a elegir entre unas cuantas y esta es la que yo decidí habitar debido al trabajo que desempeñaba; le dí un pequeño sorbo al vino y continué diciendo: -Pero realmente soy Sara Pérez en el cuerpo y con los recuerdos de Sara Smith.

-Pero tú fuiste un ángel durante un corto periodo de tiempo, ¿Conservas alguno de tus poderes angelicales?; quiso saber Daniel intrigado.

-Realmente no; le contesté yo; pero lo cierto es que tampoco los pedí porque no pensé que me los fueran a conceder.

-Bueno pues entonces me queda sólo una última pregunta, ¿Hay más como tú?; preguntó él curioso.

-No, como yo no, pero si hay más ángeles en la tierra y espíritus malignos; afirmé yo; desde los tiempos antiguos es conocido el caso de los guardianes, apenas mencionado en el Tanaj, la Biblia hebrea que se corresponde más o menos a el Antiguo Testamento cristiano, esos poderosos gigantes amigos de la humanidad de los que quedan ya tan sólo unos pocos y bueno hay otro, o más bien debería decir otra, que a diferencia de mi si conservó su poder pese a tomar apariencia humana cuyo nombre es Tikváel, pero nada más sobre ella me está permitido decirte.

-Entonces no hables más de lo que no puedas hablarme, pues mi intención no puede estar más lejos que la de traerte problemas y mucho menos con el altísimo; sentenció él cogiéndome las manos y acto seguido me besó, me besó y yo le besé, tras eso seguimos charlando hasta que se acabó el ya escaso vino, tras lo cual me fui a dormir a mi cuarto, unas horas al menos pues a la mañana siguiente me tocaba madrugar para seguir trabajando.

Con el tiempo, lo que empezó con ese beso, o quizás antes cuando éramos tan sólo dos niños que se encontraron y descubrieron que no estaban solos en el mundo, se convirtió en noviazgo primero y después en matrimonio. Y a la vez que eso sucedía, ambos seguimos trabajando de una forma u otra en el bello oficio de ayudar a los demás, tratando de mejorar el mundo en el que vivíamos aunque fuera granito a granito.

Pero no acabó ahí la historia de Daniel Jackson y Sara Pérez o como me llamo ahora Sara Smith – Jackson, pues ambos fuimos bendecidos por un milagro mayor que cuando pude abandonar el libro y ascender o cuando descendí volviendo de nuevo a la vida mortal. Fuimos bendecidos con el mayor de los milagros que en esta Tierra se puede producir, con el milagro de traer nuevas vidas, nuestros gemelos Minerva y Hefesto.



Daniel Gorostiza Limón.


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