domingo, 15 de diciembre de 2024

El poder de Dev (1ª parte)

Os dejo aquí un fragmento de mi nuevo libro Mundos, en concreto el primer capitulo del sexto relato de la parte de Mundos Fantásticos.


El poder de Dev:


Capítulo I: El poder del amor.


La vida puede no ser fácil en la India, incluso en una ciudad tan hermosa como Jaipur, la ciudad rosada, sobretodo si eres un intocable, y sí, es cierto que las cosas han mejorado bastante desde la época de mis queridos abuelos, puesto que ya no somos unos apestados, ahora somos personas, somos ciudadanos, pero la verdad es que por desgracia existen ciudadanos y CIUDADANOS, y nosotros los intocables somos de los ciudadanos que se escriben con minúscula. En cualquier caso mi querida lectora no te cuento esto para que te compadezcas de mi, simplemente te lo digo porque es cierto, la vida no es fácil, o al menos la mía no lo ha sido.

Pero permíteme mi querido lector que me presente primero, mi nombre es Dev Singh y esta que te voy a contar ahora es mi historia, o al menos la parte más significativa.

Mis padres eran buenos padres, pero tuvieron muchos hijos, demasiados, y no te confundas porque quiero a mis hermanos,
pero éramos doce y el dinero que ganaban mis padres con su pequeña tienda de textiles no les daba para mantenernos a todos, así que cuando llegábamos a la edad de diez años nos sacaban de la escuela y nos ponían a trabajar con las telas. Lo cierto es que yo al ser el mayor fui el primero en tener que hacerlo y lo hice muy a mi pesar pues me encantaba ir a la escuela.

En cualquier caso me prometí a mi mismo que lograría ahorrar la cantidad suficiente de dinero para volver a estudiar algún día, solo que ese día nunca llegaba y así iban pasando los años mientras el número de hijos de mis padres pasaba de seis a nueve, de nueve a once y de once a doce. Y por si esto fuera poco, la desgracia cayó sobre todos nosotros cuando nuestra madre murió en el parto de su último hijo.

Esa enorme perdida a quien más le afectó de todos fue a mi padre, mucho más que a ninguno de nosotros, pues le cambió totalmente el carácter que había sido siempre alegre y optimista, convirtiéndole en un recuerdo de si mismo envuelto en un manto de tristeza que sólo se dedicaba a trabajar y hacernos trabajar a los demás también.

Todo esto que ahora os estoy narrando, sucedió cuando yo tenía unos dieciseis años, y aunque fue ese un año que comenzó con un enero muy trágico para mi familia, en lo que a mi se refiere se iluminó en mayo de ese mismo año, el día que conocí a Priya, la hija del más rico comerciante de la ciudad, y aunque sé que sonará a tópico, la verdad es que no me importa nada porque es cierto, pero la amé al instante pues su belleza era solo comparable a la de una apsará1, y la vida por una vez me sonrió pues cuando reuní el valor suficiente para decirle lo que sentía descubrí que ella también sentía lo mismo.

Por supuesto mantuvimos nuestro amor en secreto pues ambos sabíamos que su padre nunca consentiría que su preciada hija se emparejara con un hacedor de telas hijo de un intocable.

En cuanto a mi padre lo cierto es que él si nos descubrió un día de abril cuando nos pilló amándonos nuestra tercera vez bajo el dulce velo de la luz de las estrellas. En ese momento no hizo nada más que darse la vuelta e irse del patio del taller, pues fue consciente de que nosotros estábamos tan ensimismados en nuestros propios quehaceres carnales que ni nos habíamos percatado de su presencia.

Pero cuando regresé a casa un par de horas antes del alba, él me estaba esperando despierto, por lo que nada más verme me pidió que me sentara y me habló de esta manera: -Dev, hijo mío, sé que tanto a ti como a tu hermana Asha os he exigido demasiado, debido a que sois los mayores, y lo cierto es que me gustaría que no hubiera sido así, pero bueno como sabes la vida suele ser más complicada de lo que deseamos.

Por otro lado me llena de gozo el corazón el saber que amas y eres amado, por lo que cuando empecé a sospechar que te veías con alguien, la sola idea de que pudieras encontrar a una persona que te hiciera sentir aunque solo fuera la cuarta parte de lo que tu difunta madre me hizo sentir a mi durante todos los años que compartimos juntos, me hizo inmensamente feliz. Pero esa felicidad rapidamente se ha transformado en preocupación cuando esta misma noche he descubierto que el objeto de tu amor no es otro que la hija de Ahmed Khan, el hombre más rico de Jaipur. Por eso te pido por tu bien y el de ella que si verdaderamente la amas, la dejes y la olvides, pues este amor solo puede traeros infelicidad a ambos.

Como no quería discutir con mi padre le dije que sí de manera bastante convincente, pero en secreto urdí un sencillo plan que esa misma noche le comenté a mi amada Priya, con el cual ella estuvo de acuerdo.


Daniel Gorostiza Limón.


1 Las apsarás eran ninfas acuáticas de la mitología hindú. Se las representaba siempre en torno a elementos musicales, como danzarinas en la corte del semidiós Indra en su reino divino, Suargá, situado en el pico de la montaña sagrada Meru. Eran conocidas por su deslumbrante belleza.


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