sábado, 30 de mayo de 2020

Joyas literarias LXXII

A continuación incluyo dos poemas de la gran Safo de Mitilene, una poetisa de la antigua Grecia que conocí en mi adolescencia y que con su poesía desnuda, sencilla, y lírica me enseñó la instantáneamente intensa belleza de la poesía amorosa:





"Llegaste

Llegaste, lo hiciste y yo te deseé ardientemente
y helaste mi corazón, encendido en deseo.

[...]

Me parece que igual a los Dioses

Me parece que igual a los Dioses
aquel hombre es, el que sentado
frente a ti, a tu lado, tu dulce
voz escucha

y tu amorosa risa. En cambio,
en mi pecho el corazón se estremece.
Apenas te miro,
la voz no viene más a mí,

la lengua se me inmoviliza, un delicado
incendio corre bajo mi piel,
no ven ya mis ojos
y zumban mis oídos,

el sudor me cubre, un temblor
se apodera de todo mi cuerpo y tan pálida
como la hierba no muy lejana de la muerte
me parece estar. . .

Pero todo debe soportarse si así es."

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