era nuestra madre y diosa,
que nunca estaba ociosa,
y cuidaba de su prole gamberra,
Pero esos tiempos atrás quedaron,
cuando los cazadores se convirtieron,
y de sanguinarios guerreros se vistieron,
la feminidad de cielo y tierra arrancaron,
Y al padre a las alturas ascendieron,
mientras ellos del suelo se adueñaron,
pero por mas que a la diosa,
expulsaron de esta tierra,
vírgenes, santas y madres florecían,
guerreras, escritoras, reinas surgían,
científicas, aventureras, heroínas nacían,
pues en este mundo al que con su aliento,
que no se llevará el viento,
insuflan de vida en movimiento,
pacientes y luchadoras no desfallecen,
sino que ante las adversidades crecen,
mientras los patriarcas se enfurecen,
al ver como su reino poco a poco se derrumba,
con un sonido que retumba,
que no parara hasta que el machismo sucumba.
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