martes, 1 de noviembre de 2016

Fragmento del capítulo IX de Edrev, la esmeralda de los cielos: Génesis.

Capítulo IX: Génesis de una defunción.

“Seis fueron los autores, seis los criminales, seis los culpables de

la muerte de la más poderosa criatura mágica que jamás haya existido y de esos seis tan solo uno sobrevivió a tan magno enfrentamiento. Todo comenzó cuando Tairón y sus cinco compinches fueron expulsados de la escuela de magia de Aporué, debido a que el interés por las artes oscuras había acabado por apoderarse de ellos. Convirtiéndoles en los más hábiles túnicas blancas que hubieran existido en milenios. Pero lo curioso es que en un principio estos seis magos pretendían ser magos neutrales, ser túnicas rojas y para ello estudiaron tanto las artes oscuras como la magia blanca, pero en su empeño por poder contrarrestar los más maléficos conjuros, olvidaron la máxima que pronunciaba Nuliro siempre que hablaba de la ocasión en que derrotó al entonces último túnica blanca hacia ya mil años: -Cuando miréis al abismo, tened cuidado y recordad que el abismo puede devolveros la mirada1.

Así que tras ser expulsados de la escuela, ellos decidieron tomarse la revancha contra aquella a la que culpaban de su expulsión, Nuliro, la kreuka. Y como sabían que ninguno de ellos podría ser ni por separado ni combinados rival para ella, decidieron tenderle una trampa. Y así fue como la maga de ébano se adentró en el bosque que había a un sócrates (kilómetro) del edificio donde se encontraba el rectorado que ella presidía,
siendo consciente de que se dirigía hacia una trampa, pero aun así fue sin pensárselo dos veces porque quería evitar que esos chicos que habían extraviado su camino le pudieran hacer daño a nadie. Tras andar un largo trecho, llegó al claro donde le indicaba el anónimo mensaje que se encontrarían, y una vez allí agudizó sus sentidos para ver de donde podría venirle el primer ataque. Lo que ella no se esperaba eran seis ataques simultáneos, seis ríos de muerte, ante lo cual no pudo hacer otra cosa que levitar con gran celeridad a una altura que habría cortado la respiración de cualquier humano mortal, mientras desde el firmamento contemplaba como los seis torrentes energéticos convergían en un mismo punto provocando una gran explosión.
-Ya deben de haberse percatado de que algo va mal por el bosque de

Levram en prácticamente cualquier punto de Aporué; pensó la kreuka de ébano; he de actuar rápidamente si no quiero que alguien más sufra algún daño.

Descendió entonces al gran cráter que se había producido y allí le esperaban los seis magos y mientras lo hacía dijo: -No tiene porque acabar de esta manera, podéis entregaros y el rectorado encontrará la solución más adecuada a vuestro problema…
-Con solución quieres decir que nos tendréis encerrados en la prisión a prueba de magia de las Lorcas (piedras de los dioses) hasta que demos muestras de no seguir el camino que voluntariamente hemos elegido; respondió Tairón; estás muy equivocada si crees que vamos aceptar ese destino sin pelear, cuando lo que claman nuestras almas es venganza, venganza contra ti y contra tu hijo Selcirep que fue quien nos delató.
Tras esto Tairón lanzó con sus manos una llamarada que en vez de quemar a Nuliro la atravesó carbonizando a una de las seis túnicas blancas, posteriormente la autentica kreuka se le apareció por detrás, tocándole el cuello con tres simples dedos y dejándolo sin sentido, pero cuando lo hizo fue atacada por un rayo lanzado por otro de los túnicas blancas a lo que está contestó girándose con celeridad y pronunciando tan solo una palabra: -Especulo.
A continuación el mágico golpe fue devuelto a su portador que cayó inerte.
Con posterioridad a esto Nuliro se golpeó tres veces en su frente con los dedos corazón e índice, tres en su corazón y tres en su sexo. Tras esto donde anteriormente había tan solo una kreuka aparecieron tres, lo cual le daba la ventaja de poder combatir con el trío de magos restante a la vez, pero tenía la desventaja de que su energía vital se dividía en tres, lo cual la hacia más vulnerable ante estos, pero debía asumir el riesgo si quería acabar con esta amenaza para la escuela y para su hijo. De esta manera la que estaba más a la izquierda miró enrojeciendo totalmente sus ojos a la única túnica blanca de sexo femenino que seguía en pie y la convirtió en estatua de piedra, sin embargo una sombra aparecida de la nada le tocó la espalda congelándola al instante. Mientras tanto en el otro extremo del bosque otra de las Nuliros esquivaba una batería de flechas que aparecidas de la nada le arrojaba un túnica blanca, para una vez que estuvo junto a él tocarle el entrecejo con su dedo meñique y decir: -feles nigra.
Después de estas palabras el mago se transformó en un gato de color

negro y cayó con celeridad desde las alturas en las que se encontraba suspendido, pero como todo buen felino cayó de pie y maullando se alejó velozmente de allí. Con posterioridad a ello alguien le rozó la espalda y cuando esta se giró, Tairón le tocó el entrecejo con el meñique y exclamó: ¡Petrificus est! (estás petrificada.)

Tras esto la kreuka se convirtió en una esbelta piedra negra como el carbón de las minas enanas, pero antes de que cayera Tairón la cogió, y tras hacer varios pases con las manos durante un tiempo bastante prolongado la hizo desaparecer. Aunque lo que las leyendas nos cuentan es que el poder de la kreuka era tal que no pudo desintegrar la roca como él hubiera deseado, teniendo que contentarse con enviarla lo más lejos que le fue posible, desconociendo hasta el mismo cual sería este lugar. Si se encontraría en mar o tierra, colina o valle.
En cuanto a la última de las Nuliros se encontraba posada sobre la copa de un ciprés frente a su adversario, el cual gritó de una forma tal que su chillido iba desintegrando todo aquello que encontraba a su paso. Sin embargo cuando este casi rozaba a la maga de ébano, aquella impasible a la par que inmóvil, pronunció tan solo una palabra: -Eco.
Repentinamente el chillido comenzó a resonar alrededor de su rival

fulminándolo al momento. En ese mismo instante se giró y extendiendo bruscamente el brazo desplazó sin necesidad de tan siquiera tocarlo al vil Tairón que se aproximaba por su espalda.  

-No creerías que era así de sencillo derrotarme; afirmó Nuliro a la vez que descendía a tierra firme de nuevo.
-Ni mucho menos mi querida maestra; comentó Tairón sarcásticamente para después añadir; pero antes de que acabe contigo dime una cosa, ¿Porqué no me has matado cuando tuviste oportunidad? ¿Cuál es la razón de que me hallas dejado con vida sabiendo que yo en cambio no dudaré en acabar contigo?
-Te lo diré si tú me dices antes, ¿Es que acaso no imaginabas que el enviar a tus compañeros a asesinarme era encaminarles a una muerte segura? ¿Qué tipo de líder hace eso con sus seguidores?
-Aquel que sabe que sus secuaces son prescindibles; sentenció Tairón; pero ahora responde a la pregunta para que pueda acabar al fin con tu ya demasiado longeva vida.
-En primer lugar porqué a diferencia de ti yo no mato a traición por la espalda, y en segundo lugar porque creo que la muerte es un castigo demasiado suave para un individuo tan malvado como tú. Aunque lamentablemente he cometido un error de cálculo, puesto que pensé que ibas a permanecer más tiempo sin sentido…
-Bueno es hora de ponerle fin a esto; le interrumpió Tairón; uno de los dos no saldrá vivo de este bosque y no tengo duda de que esa serás tú.
Dicho esto los dos se miraron a los ojos esperando, analizándose el

uno al otro, cuando inesperadamente apareció el hijo de Nuliro en aquel claro. Era el primero de los magos que se adentrarían en aquel punto del bosque de Levram en los próximos instantes. Entonces y sin pensárselo ni un momento, Tairón le lanzó un rayo que le habría dejado allí mismo inerte si no fuera porque Nuliro se transportó hasta donde Selcirep se encontraba para tocándolo con su zurda decir: reditus (vuelta, retorno, regreso.)

Y al instante el joven semikreuko se encontraba de nuevo en su habitación, pero este no fue aún el final de la maga de ébano dado que extendiendo la otra mano hizo un giro de muñeca hacia la derecha desviando el rayo hacia esa dirección. Desgraciadamente el pérfido Tairón había aprovechado toda esa distracción para concentrar toda su energía en su más funesto conjuro, el río de muerte, y esta viendo la cercanía de su defunción, habló de esta manera mientras daba con su pulgar izquierdo siete golpecitos a un ciprés que tenía junto a sí: -Aunque acabes conmigo ahora, siempre habrá alguien dispuesto a evitar que consigas tus propósitos, y si no fuera así todavía queda la piedra… Sí, esa misma en la que estás pensado, la que no has sido capaz de destruir y que contiene parte de mi esencia, has de saber que si algún mago conocedor del conjuro y con el suficiente poder para hacerlo la encuentra podrá devolverme a mi forma original y entonces tu venganza habrá fracasado.
Tras esto el campo de fuerza que había creado con su mano derecha se desvaneció al paso del torrente energético, que hizo de idéntica manera con la hermosa kreuka de ojos claros y piel oscura…”


1 Frase del siempre interesantemente agudo y mordaz filósofo alemán Friederich Nietzsche.

Espero que os haya gustado este primer fragmento que publico aquí en este blog de  Edrev, la esmeralda de los cielos: Génesisy ya sabéis que si queréis conocer lo que les sucede antes o después a los intrepidos ajornautas, podréis encontrar todas esás respuestas en la novela ya a la venta en amazon.es

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Creo en la libertad de expresión, pero también en la buena educación, si tu mensaje no se atiene a estos dos principios, será eliminado. Gracias.