lunes, 15 de febrero de 2016

El valor del ejemplo positivo...

Todos aquellos que me conocen saben que soy propenso a dar discursos cuando hablo, que me apasiona hablar de aquello en lo que creo y que a veces soy bastante vehemente cuando no visceral a la hora de defenderlos. Pero esto que es sin duda cierto, es algo que pretendo evitar cuando escribo, lo cual no siempre es fácil, ya que es como separar a Daniel Gorostiza Limón la persona de Daniel Gorostiza Limón el autor. Pero en cualquier caso hago lo posible porque así sea, por eso cuando empecé a escribir lo que luego sería Tres Mujeres en un mundo cambiante, Volumen I, no estaba interesado en dar discurso alguno sobre cosas que para mi eran más que evidentes, como lo es en este caso la igualdad no solo de derechos sino también de capacidades entre mujeres y hombres, y sobre el hecho de lo difícil que es a menudo ser una mujer en una sociedad que aún hoy está hecha a medida de él pero no de ella. Y aunque es cierto
que alguna cosilla dejo escapar, aquí o allá, de este como de otros muchos temas que me interesan por toda la novela, mi intención era mas bien crear una novela de aventuras entretenida y dentro de ella presentar a una serie de heroínas con las que mi prima Candela y otras jóvenes pudiesen sentirse sino identificadas al menos de alguna forma atraídas, puesto que siempre he creído que es más fácil llegar a las personas a través del ejemplo positivo que de los discursos, realmente no estoy seguro de haberlo logrado, aunque espero que si, y en cualquier caso no tengo intención de cejar en el empeño de lograrlo en posteriores escritos.

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