Se oyen ecos del pasado,
de tiempos más oscuros,
en que reinaban los puros,
cuando el prejuicio era amado,
de nuestros males volvemos a culpar,
a aquellos ajenos a nuestra tribu,
sin juicio pero con prejuicio a juzgar,
nos hemos reacostumbrado,
levantado nuevos muros,
para no sentirnos inseguros,
pero no entendemos que la tribu,
debería unir y nunca separar,
pues en verdad solo hay una tribu,
que este mundo ha poblado,
que este mundo ha saturado,
que este mundo ha saturado,
comportándose como seres inmaduros,
sin dejar de por sandeces pelear,
y esa es nuestra gloriosa tribu.
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