Erase una vez una Europa,
de egos y naciones,
que desconocían las buenas nociones,
imponiendo los horrores de la tropa,
cada fragmento de este continente,
al mundo llevo a la guerra,
diezmando cada tierra,
sin pensar más que en el presente,
pero después de este dilatado horror,
llego el gran clamor,
que llevo a los enemigos a reconciliarse,
que hizo a los enemigos hermanarse,
pero ese clamor ha sido silenciado,
por el ruido que los egos y naciones han provocado.
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