Veo lo que pasa en mi país y me doy cuenta de que existe un descontento generalizado con la situación actual, lo cual es comprensible, ya que estamos en crisis.
Veo un país, el mío, que culpa a su clase política de sus problemas, lo cual es comprensible, ya que día tras días vemos nuevos casos de corrupción política.
Recuerdo entonces aquella clásica frase, casi una sentencia, que dice que "el drama de España es que hay tan buenos soldados para tan malos generales..." Y casi llego a creérmela, pero solo casi, pues en ese preciso instante recuerdo también una entrevista que le hicieron a Julio Anguita hace no demasiado en la que le preguntaron por la corrupción política que asola a nuestro país, a lo que este contestó algo así como que era cierta pero que los políticos no son una raza aparte sino que salían de nosotros, el pueblo.
Por mi parte creo que una sociedad es como un árbol, por lo que puedes culpar a las ramas (los políticos) de que las hojas estén marchitas antes de tiempo o que el árbol no de los frutos esperados, pero lo cierto es que para resolver un problema hay que ir hasta la raíz y la raíz en este caso está podrida. Me gustaría que fuera de otra manera pero lo cierto es que una sociedad corrupta como lo es en concreto la española y en general la occidental, lo que va a dar lugar es a políticos corruptos.
Con esto no quiero decir que las sociedades no occidentales no sean corruptas ya que eso sería una ingenuidad, simplemente reconozco mi ignorancia sobre la composición y funcionamiento de estas, pero estoy seguro de que lamentablemente serán tan corruptas como las nuestras.
En cualquier caso esto nos debería hacer pensar, nos debería hacer plantearnos que estamos haciendo mal como ciudadanos para que esto suceda...
Siendo esta reflexión la que me hace girar hacia atrás y ver lo que hay detrás de mi y contemplar que de entre otros hechos históricos destacan dos revoluciones y diferentes movimientos por la equiparación de derechos entre los diferentes colectivos que conforman nuestra sociedad, todos con resultados dispares, todos inconclusos.
Veo una revolución burguesa dispuesta a acabar con el antiguo régimen que pese a que nos trajo un gran adelanto, fracaso.
Observo una revolución socialista, denostada por unos y mitificada por otros, dispuesta a acabar con la eterna lucha entre las diferentes clases sociales que pese a que nos trajo un gran adelanto, fracaso.
Contemplo movimientos como el feminista, el de los derechos civiles de las minorías raciales de un país y otro, el de los colectivos homosexual, bisexual, transexual, etc... Y sería necio si dijera que no nos han aportado avances, porque nos los han aportado y bastantes grandes, pero sería más necio aún si dijera que todos estos movimientos sociales llegados a cierto punto no terminan encallando de alguna forma contra una especie de muralla invisible que les dificulta sino imposibilita el avanzar. Y no nos engañemos no hay poderes ocultos tras las sombras, y en caso de haberlos tan solo sería así porque nosotros hemos dejado que así fuera.
Aun así creo que no está todo perdido, creo que hay una nueva oportunidad de hacer de este mundo un lugar mejor, un lugar que merezca la pena de ser vivido, pienso que ha llegado el momento de una tercera revolución, en este caso una revolución ética, una revolución personal que nos lleve a ser mejores personas, que nos lleve a ser esas personas que creemos ser, pero que realmente no somos ni de lejos.
He llegado a esta conclusión tras remorar la vez en que aquel abogado indio, un tal Gandhi dijo "Se el cambio que quieres ver en el mundo", y es que en mi opinión pocas cosas pueden ser más ciertas, ya que no puedes pedir un país exento de dirigentes corruptos si en el fondo de tu corazón deseas estar en su lugar para poder oprimir a los demás de igual manera que hoy te oprimen a ti. Si no quieres que te discriminen haz el favor de no discriminar a otros por su sexo, raza, condición sexual, etc...
Quizás muchos de los que lean estas palabras crean que soy un utópico cuando no un iluso, pero lo cierto es que muy pocos creyeron que ese abogado sudafricano, ese negro, pudiera llegar a presidir su país y que su sueño de la reconciliación entre dos razas que se odiaron desde el mismo momento en que una piso la tierra de la otra no era más que una utopía, pero lo cierto es que ese hombre fue capaz de hacer realidad esa utopía. Como nadie tampoco creyó que un tipo como el antes citado Gandhi que se hacía su propia ropa sería el que conseguiría independizar la India del poderoso imperio británico, y fue precisamente el hecho de que se hiciera su propia ropa y animara a otros a que hicieran lo mismo lo que empujó a las nada insignificantes textiles británicas a ser sensibles a la causa de la independencia india frente a los intereses de un imperio contrario a esa posibilidad...
Podemos encontrar ejemplos de lo más variado de lo que digo si sabemos buscar a nuestro alrededor, lo cual nos debería llevar a la conclusión de que es hora de empezar la revolución personal que nos haga mejores y en consecuencia haga de este. nuestro mundo, un lugar mejor.