miércoles, 27 de mayo de 2015

La magia de la creación al descubierto...

La soledad del creador es real, puesto que por muy acompañado que puedas estar en la vida en general, necesitas esa soledad para ponerte frente al lienzo, el papel, el ordenador, etc...  Siendo entonces cuando surge la chispa.
Mas no existe musa alguna para esa chispa, puesto que la musa no es otra que uno mismo, es decir tus experiencias, tu imaginación, tu vida.
Pero el primer paso es casi siempre ponerte frente al papel, lienzo, o teclado, eso es lo fundamental pues ahí es donde está la clave.
No es solo tener algo que contar, sino querer contarlo,  puesto que aunque el saber contarlo importa y mucho, eso es algo que se aprende con la práctica.
Lo importante es, como digo, querer contarlo y por supuesto tener la valentía para contarlo.
Ponerse frente al papel, lienzo, o teclado y comenzar a escribir, pintar, componer, etc..., y dejar que las ideas fluyan una detrás de otra.
Después de esto habrá que corregir, matizar, detallar, pero primero hay que dejar que las ideas fluyan, fluyan, fluyan, y... ¡Eureka! Ahí está tu creación. Tan sencillo como eso, a la vez que tan complicado como eso.
Nunca olvides eso sí, que aunque evidentemente todo lo que crees tiene su valor, no todo lo que haces merece la pena ser compartido, pero no por eso son creaciones fallidas. Son más bien ensayos de los que puedes y debes aprender. Úsalos no para alimentar tu desánimo sino para poder mejorar, y aunque toda creación tiene un porcentaje importante de ego, debes tener la suficiente humildad para darte cuenta cuando has errado. Debes tener la suficiente humildad para corregirlo cuando se pueda y cuando no aprender todo lo que puedas de ello, ya que al ser la creación algo positivo, has de tratar de encontrar en ella siempre ese algo positivo.

Has de aprender de los maestros, analizar su magia, estudiarla, pero nunca copiarla, pues has de ser capaz de conseguir la tuya propia. Y para ello volvemos al momento inicial en el que tienes una idea, ganas de contarla, y te quedas solo, a la vez que acompañado por tu valentía, esa valentía que te da el coraje de sentarte y escribir o alzarte y tocar, pintar, filmar.  No hay más que eso, pero tampoco menos, no hay musas, ni inspiración divina, tan solo estás tú. Tú y tus ideas, tú y tus aciertos, tú y tus fallos, tú y tú y tú... Mas te recuerdo de nuevo que tengas cuidado de no alimentar demasiado a tu ego.
Así que ya está, te he mostrado los ingredientes, muchos de los cuales seguro conoces, pero tú y solamente tú (ojos negros, piel canela ;) Decidirás como ha de ser la receta, así que si es lo que realmente deseas ya no tienes excusa para no ponerte a cocinar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Creo en la libertad de expresión, pero también en la buena educación, si tu mensaje no se atiene a estos dos principios, será eliminado. Gracias.