Recordando Logomaquia...

(Contraportada del libro)

Hoy quisiera hablar del comienzo de todo, pero claro siempre hay muchos comienzos para todo y para todos, mi comienzo empieza en la concepción y antes de eso en el origen del universo, pero mi objetivo de hoy no es hablar de nada tan cósmico, mi deseo es hablar sobre mis primeros pasos como escritor, lo cierto es que estos tampoco tienen una fecha fija puesto que bien podría decir por ejemplo que el primer paso lo di a los diez años cuando escribí en un cuaderno de apenas veinte páginas aquello que yo mismo titulé Historias de una sola página, cuaderno que aun guardo y alguna de cuyas historias planeo algún día recuperar y desarrollar más allá de la única página originaria.
Pero tampoco es de este origen del que pretendo hablar ahora, sino más bien de aquella vez en la que decidí dar el salto y publicar algo del material que estaba creando para compartirlo con el mundo.
Fue una tirada corta, fueron 200 ejemplares, 200 ejemplares de los que vendimos hasta el último.

(Un ejemplar del libro)

Y sinceramente me siento orgulloso de este primer paso, y me alegra haberlo dado junto a M Moro, un escritor al que yo considero brillante, pero sobretodo un amigo, un buen amigo de hecho al que le deseo la mejor de las fortunas.
Logomaquia, dos voces, un mismo juego, era y es un libro de poesía divido en dos partes una primera escrita por M Moro y otra segunda escrita por mi.
Logomaquia, dos voces, un mismo juego, era un valiente comienzo en este mundo incierto que no estoy seguro de adonde me llevará pero de lo que si estoy seguro es que prefiero naufragar en estas aguas, a abrigarme en la seguridad de tierra firme.
En la eterna elección entre Seguridad y Libertad, yo ya me decanté por la segunda cuando decidí autopublicar este libro junto a mi amigo. Quizás por eso me molesta cuando deciden recortarnos nuestra Libertad a cambio de una Seguridad que nunca podrán asegurarnos del todo.

(Portada del libro)

Logomaquia, dos voces, un mismo juego, se publico en el ahora lejano 2008 y desde entonces no he dejado de escribir, y lo cierto es que me alegro de que así sea, me alegro de que nos atreviéramos a dar el paso y me alegro que lo diéramos juntos, me alegro de que sus "Putas luces de Navidad" se unieran a mi "Luz entre las Tinieblas" para formar algo que fue y sigue siendo único e irrepetible.